Un equipo de abogados ha recibido cientos de solicitudes de asistencia por parte de oficiales que se niegan a participar del conflicto, sabiendo pese a las amenazas por parte del alto mando. Foto: Cortesía.
Pese a las amenazas de prisión por negarse a participar en los combates en Ucrania, cientos de soldados rusos se niegan a ser enviados a la guerra.
Por Infobae
Según informó The Guardian, más de un centenar de soldados del Kremlin se han puesto en contacto con el abogado Mikhail Benyash y su equipo, “para pedirles consejo sobre cómo podían evitar ser enviados a luchar. Entre ellos había 12 miembros de la Guardia Nacional de la ciudad de Krasnodar, en el sur de Rusia, que fueron despedidos después de negarse a ir a Ucrania”.
Según Benyash, las reglas militares rusas establecen que las tropas que se nieguen a luchar en Ucrania pueden ser despedidas pero no procesadas. Esto se debe a que el Kremlin ha decidido catalogar la invasión al país vecino como una “operación especial” y no como una guerra.
Muchos soldados, por lo tanto, han optado por ser despedidos o trasladados en lugar de ir a “la picadora de carne”, dijo Benyash al medio británico.
“Los comandantes intentan amenazar a sus soldados con penas de prisión si disienten, pero les decimos a los soldados que simplemente pueden decir que no”, añadió.
MIEDO EN LAS TROPAS
Después de los resultados vistos durante los primeras semanas de la invasión el miedo estalló en los batallones que, en abril, estaban siendo convocados a la causa del Kremlin.
“Pronto quedó claro que no todo el mundo estaba de acuerdo. Muchos de nosotros simplemente no queríamos volver”, dijo Dmitri, un miembro de la unidad de brigada élite del Ejército asentada en el oriente ruso y que pidió no ser identificado con su nombre real. “Quiero volver con mi familia, y no en un ataúd”.
Junto con otros ocho, Dmitri les dijo a sus comandantes que se negaban a reincorporarse a la invasión. “Estaban furiosos. Pero finalmente se calmaron porque no había mucho que pudieran hacer”, reseñó el medio.
La negativa de los oficiales a luchar deja también en evidencia una de las dificultades militares que ha enfrentado el Ejército ruso como resultado de la decisión política del Kremlin de no declarar formalmente la guerra a Ucrania.
“He servido durante cinco años en el Ejército. Mi contrato termina en junio. Cumpliré el tiempo que me queda y luego me iré de aquí”, dijo. “No tengo nada de qué avergonzarme. No estamos oficialmente en estado de guerra, así que no pudieron obligarme a ir”.
Recientemente, la cadena de noticias británica, BBC, también mostró que el Ministerio de Defensa de Rusia llenó los sitios web de empleo. con vacantes ofreciendo a las personas sin experiencia en combate oportunidades para unirse al Ejército. La oferta incluía lucrativos contratos a corto plazo.
El medio también señaló que algunas grandes empresas administradas por el gobierno han recibido cartas instándolas a inscribir a su personal en el Ejército.
OTRAS OPCIONES
The Guardian señala que Rusia también recurrió a mercenarios para reforzar sus esfuerzos de guerra, desplegando combatientes del oscuro grupo Wagner vinculado al Kremlin.
“Pero los analistas dicen que es poco probable que los reclutas voluntarios y los grupos de mercenarios conduzcan a un aumento sustancial en el número de nuevos soldados, en comparación con los números que traería una movilización parcial o total”, explica el informe.
Según Andrei Kolesnikov, miembro principal de Carnegie Endowment, las autoridades pueden estar preocupadas de que una movilización general antagonice a grandes sectores de la población que apoyan la invasión rusa.
Los civiles “podrían estar a favor del conflicto, pero en realidad no quieren pelear”, dijo, y agregó que una movilización general implicaría “pérdidas colosales de soldados sin entrenamiento”.