El cadáver de un soldado ruso en el este de Járkov.FADEL SENNAAFP
Vladimir Putin necesita nuevas fuerzas y no puede permitirse una movilización general. Así que ha encontrado una segunda vía: un reclutamiento enmascarado, de pequeños contingentes, con la oferta de un salario y unas cuantas mentiras.
Por: El Mundo
La trampa emerge de informes elaborados por investigadores externos, como el Instituto para el Estudio de la Guerra, y de los especialistas en “cosas rusas”. Es un paso con reacciones inesperadas: en Rusia se han lanzado cócteles molotov contra comisarías y centros de alistamiento. Según algunos , hay numerosos episodios de intolerancia, gestos enfatizados por la propaganda ucraniana.
El Ejército utiliza diferentes sistemas para recolectar reposiciones.
Se convoca a los reservistas a centros donde se les ofrece un nuevo puesto de trabajo. A algunos les prometen un papel en la retaguardia, pero son mentiras. Terminarán en el frente, hay demasiada urgencia para llenar los vacíos en los 105 Batallones.
Según ISW, las empresas de seguridad privada están organizando departamentos mixtos, donde convergen los recién llegados y los soldados de las unidades aerotransportadas. Un sistema que no ayuda a la eficiencia. El problema más general sigue siendo el de la calidad del personal militar y la falta de oficiales experimentados. Muchos han muerto.
Alrededor de 2.500 nuevos soldados han llegado a Belgorod para seguir un curso rápido en caso de que se necesite movilizarlos. Es posible que lleguen más a medida que los reclutadores logren ir reponiendo las reservas.
De Chechenia han partido nuevos pelotones, casi 600 milicianos de Kadyrov, además de los que ya se encuentran ya en primera línea. De vez en cuando surgen rumores sobre el traslado de soldados del contingente ruso en Siria; sin embargo, este dispositivo no es extenso. Es poco probable que pueda contribuir a un punto de inflexión. También se habla de la posible presencia de mercenarios sirios, libios y etíopes. Pero parecía haber rumores esperando confirmación y, si los hay, serían muy pocos.
El mercadeo del Kremlin ha desatado fricciones en casa. Se han producido una decena de episodios incendiarios con cócteles molotov. Los ataques se han producido en el área de Moscú y en otras provincias, y han tenido como objetivos las instalaciones de reclutamiento o los puestos policiales utilizados para este fin, “accidentes” que se suman a la cadena de incendios en instalaciones industriales, eventos de circunstancias a veces misteriosas.
En el campo de batalla, el desarrollo más interesante se está produciendo en el sector de Járkov. La resistencia ha llegado a la frontera con Rusia, cerca de la ciudad de Ternova, y ha difundido las fotos que muestran el cartel de entrada con los colores nacionales. Un movimiento simbólico, pero también es el resultado de la ofensiva que terminó con la retirada del enemigo.
Según alguna información “nacionalista”, podrían hacer retroceder a Rusia incluso un poco más al este cruzando el río en Stari Saltov. Los invasores también “han respondido” con una incursión al norte de Sumy utilizando fuego de cobertura en apoyo de los comandos y saboteadores. Un asalto desde territorio ruso que, según la versión de los defensores, habría sido repelido. Sin embargo, es una forma de ejercer presión al obligar a los ucranianos a mantenerse fuerte.
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