Tegucigalpa. – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, manifestó este domingo durante la homilía celebrada en la iglesia catedral de Tegucigalpa que “nos sentimos muy llenos de esperanza porque finalmente en el Congreso Nacional se ha puesto de acuerdo y se terminó ya ese espectáculo grotesco”.
Refirió que, así como el profeta Jeremías pudo salir de ese fango en el que lo querían matar, así Honduras puede salir de ese fango de la corrupción, de la maldad, de la injusticia, del crimen para encontrar la verdad en la justicia, en el diálogo y en el amor.
“No podemos pensar que con el pecado y la corrupción, nuestra Honduras va a salir adelante, por eso nos llenamos de esperanza”, recalcó.
En la homilía el prelado se refirió al fuego que Jesús ha venido a prender en el mundo, pero no los incendios forestales que destruyen, ni ninguno de esos fuegos que se usan para protestar.
El fuego que Jesús ha venido a prender en el mundo, es el fuego del amor, de la pasión por el reino, el fuego del Espíritu Santo que es amor y vida que quema por dentro, es como si dijera he venido a prender las conciencias que están apagadas, de las mentes embotadas, a levantar los ánimos decaídos, a infundir energía a los abatidos, a los deprimidos, un fuego que ilumina a todo hombre y mujer en el mundo, que alumbra la oscuridad de los corazones, que brilla en las tinieblas de la existencia humana, apuntó.
Enfatizó que ese fuego que trae Jesús es capaz de combatir la violencia, la mentira, la injusticia que está instalada en el mundo de hoy y también la que se esconde en nuestro propio corazón, capaz de transformar el mundo y la vida de manera radical.
“Cómo necesitamos redescubrir al Señor Jesús y a la fuerza liberadora del evangelio, es emocionante contemplar hoy al Señor Jesús ardoroso, combativo, lleno de pasión ante lo que prevé que se le echa encima”, señaló.
El purpurado también cuestionó la división hasta en las propias familias y el evangelio sigue causando problemas hasta en la misma iglesia. “Pensemos en continentes enteros que están como adormecidos, en donde predomina la ausencia de sentido”, acotó por lo que pidió preguntarse “me siento inflamado de ese fuego de Jesús”.
Se refirió al antiguo testamento donde persiguieron y hasta querían matar al profeta Jeremías porque lo que decía les hacía daño y fue lo mismo que dijeron contra san Óscar Arnulfo Romero, mateémoslo porque va en contra de la guerra y de la muerte y él les dijo claramente “les ordeno no maten a ninguno de los miembros del pueblo y por eso lo mataron igual que a Jeremías”.
Fustigó que “ahora talvez no nos van a matar con tiros, pero si nos matan con la lengua, ese obispo, ese cardenal, lo que está diciendo a lo mejor es comunista porque está hablando de la justicia social u otros, ah no ese lo que está es a favor de los ricos, lo mismo del tiempo de Jeremías, lo mismo de nuestro tiempo”.
Agregó que a muchos les incomoda que se hable de la justicia social y dicen que lo que dice la iglesia es trasnochado, eso de no robar, claro, a los ladrones no les gusta, a cualquier tipo de ladrones ya sea los que asaltan en las calles, como aquellos que roban lo que no es de ellos haciendo transacciones ilícitas.
Retomó que las familias se dividen por aquello por lo que no deberían dividirse, hay que yo soy de esta iglesia y otro de la otra y lo que debería unir es precisamente el amor.
“Poner en práctica esta palabra de Dios no es fácil por eso hemos orado en ese salmo, Señor date prisa en ayudarnos, nos sentimos muy llenos de esperanza porque finalmente el Congreso Nacional se ha puesto de acuerdo y se terminó ya ese espectáculo grotesco”, manifestó el arzobispo.
Acotó que, así como el profeta Jeremías pudo salir de ese fango en el que lo querían matar, así Honduras puede salir de ese fango de la corrupción, de la maldad, de la injusticia, del crimen para encontrar la verdad en la justicia, en el diálogo y en el amor.
“No podemos pensar que con el pecado y la corrupción vamos a salir adelante, por eso nos llenamos de esperanza”, puntualizó.
