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La segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas de este domingo dejan una Asamblea Nacional sin mayoría suficiente del Gobierno o de la oposición, un escenario inédito en el que el presidente Emmanuel Macron tendrá que negociar para poder gobernar.
Estas son las cinco principales claves de estos comicios:
1.- El fracaso del macronismo.
La alianza Ensemble de Macron perdió 105 diputados. El presidente y sus candidatos centraron la campaña en por qué no había que votar a sus rivales pero no lograron explicar para qué querían el voto. No supieron hacer campaña en positivo.
En los dos meses pasados desde la reelección de Macron y en el mes que lleva la primera ministra en el cargo, el Gobierno ha avanzado líneas generales de acción pero sin detalles claros que ilusionaran a sus votantes.
2.- Las ventajas de la coalición de izquierda.
La nueva coalición de socialistas, comunistas, ecologistas y La Francia Insumisa dobló el número de diputados que sus integrantes habían obtenido por separado en 2017, pese a que no obtuvo más votos en la primera vuelta. El sistema electoral francés premia a los bloques o partidos grandes.
Otra cuestión será si esta coalición tan heterogénea puede tener un largo ciclo de vida, pero al menos ha mostrado su utilidad inmediata.
3.- El resultado histórico de la ultraderecha.
La Agrupación Nacional (RN) ha logrado un resultado histórico con 89 diputados, desde los 8 que tenía antes. La propia Marine Le Pen y su plana mayor esperaban unos 60 en el mejor de los casos.
En comicios anteriores, el peso real del RN estaba infrarrepresentado en la Asamblea respecto a sus votos y en esta ocasión la clave es que el “cordón sanitario” contra la ultraderecha prácticamente no ha funcionado.
En muchas circunscripciones donde había candidatos de izquierda o de Macron contra el RN, unos u otros se abstuvieron en masa y permitieron a la ultraderecha llevarse el escaño.
4.- La abstención, el principal partido.
Después del récord de abstención de la primera vuelta, la situación mejoró ligeramente en la segunda y no hubo una nueva marca histórica, pero a pesar de todo un 53,77 % de los electores no acudió a votar el domingo.
El problema fue especialmente grave entre los jóvenes de 18-24 años (un 71 % de abstención), y entre los de 25-34 años (66 %) a pesar de los llamamientos a la movilización del líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
Políticos y analistas insisten en que hay que buscar soluciones, incluyendo un posible cambio en el sistema electoral. Pero cualquier idea será difícil de consensuar en el actual clima político.
5.- No hay mayorías. Bloques enfrentados.
La primera ministra Élisabeth Borne lo resumió claramente en la noche electoral: Francia vive “una situación inédita”. El Gobierno está en minoría pero la oposición está polarizada en la ultraderecha y la izquierda, por lo que tampoco podrá entenderse.
Además, cada uno de los tres bloques se han forjado por oposición a los otros dos, de forma que crear entendimiento entre ellos será muy complicado.
EFE