El actor estadounidense Nicolas Cage. EFE/Quique García/Archivo
Si hay justicia sobre la Tierra, Nicolas Cage merece su reality show. Si la mayoría de estos programas no tienen sentido, son aburridos o se repiten hasta el hartazgo, uno con Cage sería un éxito total.
Por: Clarín
El actor, que fue apodado el James Stewart marciano, se ha convertido en una figura de culto interpretando películas tan malas y de serie B, que sólo se estrenan en los canales estadounidenses por cable.
Pero atentos, este tipo ganó un Oscar (por Leaving Las Vegas, 1995) y realizó actuaciones grandiosas (Arizona baby, 1987, y Adaptation, 2002). Y es el único actor en ser nominado al Oscar por interpretar a dos gemelos. Sucedió con “El ladrón de orquídeas”, en la que daba vida al guionista Charlie Kauffman y a su (inexistente) hermano, Donald.
Pero su vida es la apología de lo bizarro, y después de leer esta nota, te vas a enamorar de él.
DEUDAS Y CASAMIENTOS
Nicolas no es bueno para los números. En 2013 sumó una deuda fiscal de 12 millones de dólares. Lo declararon en bancarrota. Dijo que la culpa era de su contador. Lo cierto es que salió a vender gran parte de su colección de autos de lujo. Después de rematar unos treinta, junto a propiedades y colecciones, estabilizó sus cuentas.
Su nombre de nacimiento es Nicolas Kim Coppola, pero lo cambió para huir de la presión familiar (es sobrino del famoso director Francis Ford Coppola) y por su admiración hacia el superhéroe de Marvel, Luke Cage.
Es tanta su obsesión por los cómics que compró el primer ejemplar original de Superman por 130.000 dólares y tuvo que venderlo en 1.700.000 verdes cuando lo declararon en quiebra. Y eso es poco. A uno de sus hijos lo llamó Kal-El, el nombre original de Clark Kent. No sabemos qué dijo el niño al crecer, pero Nicolas se dio el gusto.
A uno de sus hijos lo llamó Kal-El, el nombre original de Clark Kent (Superman).
En los años 80, Cage se cruzó con la actriz Patricia Arquette y se enamoró inmediatamente de ella. Le pidió una cita y Patricia, que se lo quería sacar de encima, le dijo que saldría con él si le regalaba dos cosas: un autógrafo de J.D. Salinger (un famosísimo escritor que vivía encerrado y pocos pudieron ver) y una orquídea negra, ejemplar que no existe.
Cinco días después, Nicolas apareció en la casa de la actriz. En una mano llevaba una carta escrita de puño y letra por Salinger, y en la otra una orquídea modificada genéticamente para lucir pétalos oscuros.
Patricia no sólo aceptó la cita sino también su pedido de matrimonio. Cuando Nicolas iba camino a la boda tuvo un ataque de ira y canceló el casamiento. En 1995, diez años después, finalmente se casaron. Maestro.
Cage se cruzó con la actriz Patricia Arquette y se enamoró inmediatamente de ella.
El matrimonio entre Patricia y Nicolas sólo duró nueve meses. Y él ya tenía puesto los ojos en otra mujer.
Cage terminó casándose con la hija de Elvis, Lisa Marie Presley, tan sólo 10 días después de conocerse. Después de tres meses se separaron.
Uno de sus ídolos era Elvis Presley, y Cage terminó casándose con la hija de Elvis, Lisa Marie Presley, tan sólo 10 días después de conocerse. Después de tres meses se separaron.
SUS ANIMALES EXÓTICOS Y EL SARCÓFAGO
Nicolas tiene mascotas un poco estrambóticas: un pulpo, un tiburón, un cocodrilo (con el que a veces durmió en la misma cama) y dos cobras albinas gigantes. Su amor por los cocodrilos es tal que se tatuó un lagarto gigante con un sombrero de copa y un bastón en su espalda.
Y su pasión por los animales exóticos le trajo problemas.
Nicolas tiene mascotas un poco estrambóticas: entre ellas, un pulpo.
Un día quiso comprar una calavera de tarbosaurio, una especie extinguida. La subasta fue un mano a mano con otro famoso: Leonardo DiCaprio. Finalmente se la llevó Nicolas, que pagó 400.000 dólares.
El problema vino cuando las autoridades de Mongolia le exigieron devolverla al haber sido sacada de ese país. En Estados Unidos la propiedad privada de fósiles es legal pero en Mongolia no. El actor se negó y se produjo un conflicto internacional entre los dos países. Al final tuvo que devolverla y los mongoles no le dieron ni un centavo.
Sus locuras no tienen límites. En 1984, Alan Parker lo citó para filmar Birdy. Y Nicolas se extirpó cuatro muelas para sufrir un dolor físico insoportable que, según él, lo ayudaría a ponerse en la piel de los soldados combatientes en Vietnam. Nadie le había pedido tanto realismo.
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