Por: José Eliécer Palomino Rojas.
Con alegría, empoderamiento, y espíritu emprenderista, de tipo gastronómico, organizado con patacones, guacamole, pescado, empanadas, guarapo, bandeja paisa con chicharrón, arepa, arroz, frijol, huevo, aguacate, mazamorra etc; muestras artísticas conformadas con trovadores, obras de teatro, interpretaciones musicales, por parte de los estudiantes de la I.E Maria Josefa, del proyecto «Alta voz escolar», dirigido por el maestro Ricardo, fueron los detonadores de éxito, durante la muestra de casta en cada estudiante, docente en la conmemoración y celebración del día de la antioqueñidad 2022.
Sin ir tan lejos del territorio cejeño Colombiano, se podría pensar que el objetivo de la antioqueñidad, consistiría en aquella fuerza de amor altruista, de hermandad, compañerismo dentro de la diversidad, que hace mantener unida a toda una comunidad municipal, departamental o educativa, entre estudiantes, docentes, directivos, padres de familias, mediante los diversos proyectos que se realizan, dentro de las instituciones educativas, y que permiten reanimar y revivir aquellos hechos históricos sucedidos dentro de las adversidades desde épocas pasadas y épocas actuales, pero con espíritu lleno de esperanza y vitalidad.
Las exposiciones de los diversos objetos, y de los rostros de cada integrante presentes en cada uno de los toldos, sin poner en posibles discusiones, en cuanto a la identidad paisa, se podría analizar que la Antioquia que se conoce en la actualidad, es producto de aquella «Ley del Karma», causa y efecto donde el entorno natural, geográfico, humano y social en la tremenda marejada de emigración que trajo Don Cristóbal Colón en sus embarcaciones familias Ibéricas, Vascos, andaluces, algunas con esclavos, u otras familias de Gitanos, Árabes o de raza judía, pareciera ser que al pueblo antioqueño, se le hubiese fusionado algo del pueblo judío o hebreo, en cuestión de creencias, ritos, como por ejemplo la fecha del 7 diciembre o noche que popularmente se conoce como noche de la luz o noche de las velitas, por esa misma fecha el pueblo judío celebra el «Hanukkah»(Janucá), fiesta de las luces, acción de gracias por los milagros concedidos; o el atuendo de la mulera(pedazo de tela largo de algodón unas veces con flecos en los extremos de la tela que lleva guindada en el cuello o en los hombros, el antioqueño arriero, similar a ese mismo atuendo, lo lleva también guindado al cuello o en los hombros los judíos.
Como acto curioso, después que pasó la declaración de la independencia de Antioquia, el 11 de agosto de 1813, algún grupo de elitistas trataron de que los antioqueños fueran estereotipados como blancos, emprendedores y como presunta raza superior diferente a los demás del territorio nacional, pero como que presuntamente fue como algo así una suerte de propaganda de «eugenésica» promovida por algunos elitistas, para proporcionar elementos identitarios, que en realidad no serían genuinos, porque si bien se vería en esos tiempos antes de la independencia ese gran sometimiento a aquel yugo de la monarquía española, no se descartaría que la gran diversidad presentada en los paisas, desde sus creencias, culturas, vestuario, sería mezcla acoplada, retomada de de algunas y posibles tradiciones de las culturas europeas, africanas, judías, indígenas, blancas, mestizos y negras.
La vaina de los paisas, es que, por su espíritu creativo, hablador, emprendedor y echado para adelante, por donde pasan dejan desarrollo, innovación y ejemplo de emprenderistas, con gran admiración.
La Antioqueñidad, es la exaltación de la independencia de Antioquia, y la liberación del yugo español, como se declara y decreta en el acta de independencia de Antioquia. 11agosto de 1813.
¡Viva Antioquia, Viva la Ceja!
¡Larga vida de liberación para Antioquia, y Larga vida de liberación para la Ceja!¿Será que, en la actualidad, las propias características de los antioqueños, hacen que los distingan a nivel universal?
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