Tegucigalpa – El economista y consultor hondureño, Wilfredo Díaz, indicó que la inflación en Honduras para 2023 podría rondar entre un seis y siete por ciento, lo que significaría una reducción en comparación a la que se reportó al cierre del 2022 que fue de un 9.80 por ciento.
Díaz apuntó que es probable que para este año no se reporten dos cifras, como se ha proyectado, sino que haya una desaceleración, pero que no serán cifras iguales a los años 2018 y 2019, cuando la inflación se mantuvo abajo del cinco por ciento.
«La inflación se mantiene en un nivel alto, en comparación a los años 2018 y 2019 donde observamos inflaciones menores al cinco por ciento», acotó.
Recordó que «durante 2023 esperamos que la inflación esté en un seis y siete por ciento, que es menor a la inflación registrada al cierre de 2022, que fue de 9.8 por ciento».
Pese a que la inflación se irá reduciendo, advirtió que no se llegará a la normalización que se tenía pre pandemia del Covid-19.
Es decir, «que los precios van a seguir creciendo a ritmos relativamente altos, en comparación a años pre pandemia del coronavirus», apuntó.
Díaz señaló que todavía existen factores internacionales que afectan a la economía nacional, entre ellos la guerra de Rusia y Ucrania, que dio inicio a mediados de 2022.
«Entre los factores internacionales vemos que el precio del petróleo se mantiene entre 80 dólares el barril, en comparación a años pre pandemia, donde se reportaba en 60 y 65 dólares», expuso.
«También los precios de los alimentos a nivel internacional siguen aumentando y esto debido a factores como la guerra de Rusia y Ucrania, que encareció muchos productos», agregó.
Según el economista, el aumento en el precio del combustible y la energía afectaron los insumos a otras industrias, como la agrícola que requiere petróleo para producir fertilizantes, insecticidas, y eso encareció la producción agrícola.
«Toda esta situación se traslada a ciertos sectores como transporte, energía y agricultura, que luego generan efectos de segunda ronda que se trasladan a los precios de otros sectores que tienen que ajustar sus costos», indicó.
Asimismo, expuso que a nivel interno para este año hay presiones para aumentos salariales, debido al efecto que tiene sobre el sueldo y a la pérdida de poder adquisitivo.
«Esos aumentos pueden presionar los costos de las empresas y las industrias, lo que va a generar que la inflación no se reduzca a los niveles históricos o que se reduzca más allá del seis por ciento», concluyó.
Cabe señalar que, desde el lunes 23 de enero, productos como el frijol, los derivados de la leche, pollo y huevos, comenzaron a experimentar alzas en sus precios, lo que comenzó a preocupar a la población hondureña.
También los insumos agrícolas subieron de precio, y eso incide en los precios de diferentes productos comestibles que generalmente consume la población hondureña.