Tegucigalpa.- Se están cumpliendo 50 años de la llegada del hombre a la Luna, un hito de los astronautas estadounidenses Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins, en la nave Apolo XI. Se trata de una de las mayores hazañas de la historia de la humanidad.
No se puede soslayar que el alunizaje fue un logro en el contexto de la Guerra Fría, en una carrera espacial que culminó con la hazaña de Neil Armstrong, Buzz Aldrin, Michael Collins, y milles de ingenieros y operarios de la Administración Nacional de la Aeronáutica y el espacio (NASA, siglas en inglés).
No solo era llevar un artilugion humano a otro astro, sino transportar a los primeros humanos dispuestos a pisarlo, en este caso la Luna, a 384 mil kilómetros de distancia, representando un hito tecnológico, antropológico y, casi, filosófico, según los expertos.
El 20 de julio de 1969 cambió la concepción del espacio y se reconoció la capacidad para colonizar otros mundos fuera de la Tierra.
El 16 de julio, Neil Armstrong, Buzz Aldrin, Michael Collins tomaron un completo desayuno y se encaminaron a la rampa de lanzamiento en Cabo Cañaveral, desde donde despegó el cohete Saturno V y millones de personas se maravillaron de la proeza de a NASA.
Los medios de comunicación de masas, por primera vez la televisión, transmitieron un acontecimiento de exploración espacial. Quienes lo vivieron lo recuerdan como si estuvieran viviendo en un sueño del futuro.
Tras cuatro días de viaje sin ningún incidencia reseñable y la captura de algunos vídeos a color de la vista de la Tierra, a cientos de miles de kilómetros de distancia, el módulo lunar hacía los últimos metros pilotado por Armstrong para posarse en el Mar de la Tranquilidad.
Horas después, el primer humano posaba su pie sobre la Luna en directo ante millones de espectadores: “Es (un) pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad”; y minutos más tarde, el segundo humano hacía lo propio: “Magnífica desolación”.
Los astronautas volvieron a la Tierra reconocidos como héroes, como una suerte de Beatles de la exploración espacial.
El programa Apolo fueron 12 misiones, la mitad diseñadas para alunizar y así lo hicieron, ya que se diseñaron para explorar los límites más inmediatos a la Tierra de una manera mucho más precisa, incluyendo órbitas lunares, terrestres, y el reconocimiento del terreno lunar.
La última misión tuvo lugar en 1972, y desde entonces no hemos vuelto a pisar nuestro satélite. De hecho, no será sino hasta 2024, mediante el programa Artemisa, bello y poético nombre de la esposa de Apolo, la siguiente hazaña de la historia de la humanidad por la conquista de nuevos mundo.
