Oklahoma City. – El padre, oriundo de Honduras, fue golpeado en el hombro con los balines, mientras que un hijo de 11 años recibió un disparo en el brazo y su hija, en la pierna.
Cuando la dueña del patio trasero donde la familia fue perseguida, de apellido Quintero, llegó a casa, vio al trío de adolescentes huir del lugar.
Quintero encontró a la familia herida cuando entró en su patio trasero. “Estaba aterrorizada”, dijo Quintero al canal de televisión. “El niño estaba sosteniendo su brazo. Le dije: ‘Déjame llevarte al hospital, estaba sangrando’”.
Luego de que el padre de los niños explicara lo sucedido a la mujer, esta trató de convencerlo para que reportara el ataque o para que los dejara llevarlos al hospital. Sin embargo, el hispano se negó por temor a ser entregado a las autoridades de inmigración.
Quintero llevó a la familia indocumentada a casa y llamó a la policía para denunciar el incidente. Aseguró a las autoridades que los adolescentes han estado aterrorizando el vecindario y exigió que los detengan.
El abogado de inmigración, Lawrence Davis, dijo que entiende por qué la familia indocumentada teme hablar con la policía. Sin embargo, aclaró que en Oklahoma City los oficiales de policía no delatarán el estatus migratorio de las víctimas ante ICE.