Tegucigalpa – El reconocido analista señaló que, a pesar de contar con tres años para prepararse adecuadamente, Honduras continúa organizando sus procesos electorales con soluciones de último momento y sin la debida planificación.
«Tuvimos tiempo suficiente, pero otra vez estamos resolviendo de último momento», lamentó León, quien enfatizó que el Consejo Nacional Electoral (CNE), como institución principalmente electoral y no tecnológica, requiere un control exhaustivo desde las primeras etapas de preparación.
Según el experto, la auditoría al proceso electoral debería ser completa, abarcando aspectos como «el montaje del sistema de transmisión, el lector biométrico, la impresión de papeletas y otros mecanismos», no limitándose únicamente al TREP.
León identificó varias deficiencias en la organización actual, incluyendo la impresión de papeletas con candidatos inhabilitados o que han renunciado a sus candidaturas, lo que refuerza la necesidad de una auditoría preventiva que pudiera detectar y corregir estas irregularidades antes del día de las elecciones.
Aunque reconoció que la empresa Smartmatic puede proporcionar garantías en el aspecto tecnológico, el analista insistió en que esto no es suficiente para asegurar la integridad total del proceso electoral.
Entre los factores que han contribuido a la situación actual, León destacó el retraso en la aprobación del presupuesto electoral, lo que ha impedido la contratación oportuna de una auditoría electoral completa. Esta demora podría resultar en la repetición de los problemas ocurridos durante las elecciones de 2021, cuando más de 32,000 lectores biométricos presentaron fallas durante la jornada electoral.
El analista concluyó que la falta de planificación y la tardanza en implementar mecanismos de control adecuados ponen en riesgo la transparencia de los próximos comicios y podrían generar nuevas controversias postelectorales en Honduras.