Tegucigalpa – El analista político Graco Pérez ha criticado duramente la reciente amenaza de la presidenta Xiomara Castro sobre el retiro de la base militar estadounidense en Palmerola, calificándola como una «estrategia prematura e inapropiada», especialmente considerando que el gobierno de Donald Trump aún no ha asumido sus funciones.
«Me parece una estrategia equivocada, además de prematura, de iniciar una confrontación con un gobierno que ni siquiera ha asumido su posición», señaló Pérez, quien advierte sobre una posible «radicalización» del gobierno en su último año de mandato.
El analista destaca que el acuerdo de cooperación militar abarca múltiples áreas beneficiosas para Honduras, incluyendo infraestructura, lucha contra el narcotráfico y desarrollo comunitario.
Aunque coincide con el canciller Enrique Reina en que no sería necesaria la aprobación del Congreso Nacional para derogar el convenio, Pérez señala que existe un anexo que extendería la vigencia del acuerdo por un año adicional. Esta prórroga automática llevaría el convenio hasta el final del actual período presidencial.
El análisis se ve respaldado por otras voces prominentes del ámbito político. Olban Valladares ha calificado la postura gubernamental como «absurda» y «torpe», mientras que el diputado nacionalista Junior Burbara la considera un «error diplomático».
Burbara enfatiza que el discurso presidencial se asemeja más a un ultimátum que a un intento de diálogo constructivo.
Los expertos coinciden en que las amenazas no son el camino adecuado para la negociación internacional, especialmente cuando se trata de políticas migratorias que aún no han sido implementadas.
Advierten que una confrontación directa con la administración Trump podría tener consecuencias significativas para Honduras, afectando diversos aspectos de la cooperación bilateral y complicando innecesariamente las relaciones entre ambos países.