Tegucigalpa – La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, sacudió la escena pública al revelar impactantes detalles sobre la matanza de 46 mujeres en la cárcel de Támara el pasado 20 de junio. En un foro televisivo, la funcionaria declaró que armas de la Policía Nacional de Honduras fueron utilizadas en el atroz suceso, desatando una serie de preocupaciones sobre la conducta y la responsabilidad de la institución.
Villanueva sostuvo que gran parte de los cartuchos percutidos durante la masacre pertenecen a la industria que suministra a la Policía Nacional, y señaló que 15 balas halladas en los cuerpos de las víctimas coinciden con las armas utilizadas por la institución policial. Además, destacó la presencia de armas de origen extranjero, incluyendo modelos estadounidenses, rusos, brasileños y argentinos, entre otros.
La viceministra respaldó sus afirmaciones al mencionar la existencia de diversas evidencias, como armamento, municiones, pruebas científicas, videos, llamadas telefónicas y la tardanza en la respuesta ante el ataque. Estas revelaciones arrojan serias interrogantes sobre el rol de la Policía Nacional en el trágico incidente y plantean desafíos significativos para la rendición de cuentas y la transparencia en las fuerzas de seguridad.
Cabe destacar que al momento de la masacre, Julissa Villanueva estaba a cargo de la Junta Interventora de las cárceles, designada por la presidenta Xiomara Castro de Zelaya. Sin embargo, tras el suceso, la viceministra fue apartada y actualmente las cárceles están bajo el control de la Policía Militar.
Además, abogó por que la investigación del caso sea llevada a cabo en el ámbito de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) en lugar de la Policía. Dirigió un llamado al fiscal interino, Johel Zelaya, instándolo a concentrar sus esfuerzos en esclarecer el caso.
En el momento del ataque, Julissa Villanueva ocupaba el cargo de coordinadora de la Junta Interventora de las cárceles designada por la presidenta Xiomara Castro, en un intento por retomar el control de los centros penitenciarios, donde proliferan hechos como asesinatos, sicariato, extorsiones y una variedad de delitos que amenazan la seguridad de los hondureños.
Como consecuencia de la masacre, Castro destituyó al entonces ministro Ramón Sabillón, y Villanueva fue apartada de su posición al frente de las cárceles, aunque continúa desempeñando un papel importante en la Secretaría de Seguridad como segunda al mando.
En el mismo contexto, Villanueva respondió a las recientes acusaciones de manipulación hechas por Higinia Chévez en relación con el diputado Jorge Cálix. La viceministra sugirió que Chévez podría ser víctima del Síndrome de Estocolmo, desarrollando un vínculo positivo hacia su captor. Además, utilizando su conocimiento médico, diagnosticó al diputado Cálix con el “síndrome amnésico” debido al alcoholismo, sugiriendo que su memoria podría estar afectada.
Estas declaraciones de la viceministra Villanueva han generado un impacto significativo en la opinión pública, planteando cuestionamientos sobre la gestión de la seguridad en Honduras y la necesidad de investigaciones exhaustivas para esclarecer los hechos y garantizar la justicia.
