Tegucigalpa – El arzobispo Miguel Lenihan se refirió este viernes a las recientes amenazas de deportaciones masivas desde Estados Unidos, un tema que ha generado zozobra entre la comunidad migrante hondureña. «Hay mucha preocupación, pero también mucha bulla.
Como se dice, el presidente Trump ladra, pero no muerde. Muchas veces se exageran las cosas, habrá que esperar y juzgar después de los hechos», declaró el prelado.
Lenihan subrayó la importancia de mantener un diálogo abierto con Estados Unidos, país al que calificó como un «gran aliado» para Honduras en proyectos de desarrollo y asistencia humanitaria. «Es vital que busquemos entendimiento en vez de confrontación», puntualizó, destacando la necesidad de fortalecer las relaciones bilaterales.
Llamado a la transparencia en el presupuesto
En el ámbito nacional, el arzobispo abordó la reciente aprobación del presupuesto gubernamental, enfatizando que los fondos deben distribuirse de manera justa y transparente. «Honduras es un pueblo noble que quiere vivir en paz y tener una vida digna. Los políticos deben corresponder a ese deseo con generosidad y amor», afirmó.
Lenihan también instó a los líderes políticos a priorizar los acuerdos relacionados con el proceso electoral, que se perfila como uno de los más tensos en la historia reciente del país. «Las elecciones son una parte importante del país; tienen que verlas como una prioridad», señaló, haciendo un llamado a evitar intereses personales y trabajar en beneficio del bien común.
Reflexión en un contexto crítico
Las declaraciones del arzobispo llegan en un momento de estancamiento en el Congreso, donde las sesiones han sido marcadas por disputas partidistas. Además, el país enfrenta desafíos como la crisis migratoria, la pobreza extrema y la violencia, lo que aumenta la presión sobre las autoridades para garantizar un proceso electoral transparente y pacífico.
Se espera que el llamado del arzobispo Lenihan promueva reflexión entre los líderes políticos y la sociedad civil, en un contexto donde la estabilidad del país depende de decisiones clave en materia económica, social y electoral.