Para mirar los astros se teje una alianza entre España, Chile, México y Perú. La singularidad de algunas de sus regiones invita al astroturista y al desarrollo del turismo astronómico.
Por DW
Entre los cielos del valle del Elqui y de Limarí, en Chile, y los de Ávila y los del Valle de las Salinas en Teruel, en España, se empezó a tejer en septiembre una alianza. También entre el Valle Sagrado en Cuzco, en Perú, y, en México, el desierto de Coahuila y zonas arqueológicas de Campeche. Se trata de un proyecto europeo para fomentar el astroturismo y el desarrollo de zonas rurales.
«Según las estadísticas, el 80% de la población mundial vive en sitios que no le permiten ver la vía láctea. Su contaminación lumínica apenas le permite ver las estrellas. Este público, el más amplio, quiere experimenta el cielo, con un suelo con un patrimonio distinto según el destino que elija”, explica a DW Gonzalo Contreras, consultor para la sistematización de esta iniciativa para fomentar el astroturismo, financiada (con 138.910 euros de un total de 180.088 euros) por el programa Adelante de la Unión Europea.
Ya en 2018, un un estudio de la Universidad Autónoma de México (UNAM) catalogaba el astroturismo en Coquimbo como turismo de intereses especiales. Éste se puede practicar en puntos especiales en el mundo debido a su latitud, a su clima y a su calidad atmosférica. Su público, alejado del turismo masivo de playa y sol, «es iniciado en astronomía, no necesariamente profesional pero curioso. Y hay también el público científico, que busca esos sitios especiales para observar el cielo, como son los observatorios en Chile o en Teruel”, sigue Gonzalo Contreras.
Hacia Cuzco y Coahuila
El especialista en astroturismo tiene la vista puesta en los próximos encuentros de esta alianza estelar: serán en noviembre en Cuzco y en enero en México. «Por lo pronto, los miembros de la alianza se han beneficiado de visitas de estudio a España, líder en Europa en astroturismo con una oferta de servicios de calidad. Y también de la experiencia de décadas que tiene Coquimbo, líder mundial en astroturismo rural muy ligado al territorio”, sigue Contreras.
Entretanto, la alianza apoyada por fondos europeos ha estado presente en octubre en Cuenca en el encuentro anual internacional Starlight. También en Coquimbo, que acogió en septiembre del 2023 la cumbre mundial del astroturismo que reunió a empresarios, académicos, políticos y representantes regionales en torno al tema de las estrellas, de cómo estudiarlo, protegerlo y sacarle provecho para las comunidades.
En el estudio publicado por la UNAM se afirma que en la región de Coquimbo, con 300 puntos turísticos de interés, confluye el interés por sitios naturales (30%), actividades de folklore (23%), puntos de interés histórico y cultural (18%) y científico (15%). La observación estelar estaría, según el estudio, en este último rubro.
Objetivo, las estrellas
Gonzalo Contreras considera que bajo astroturismo «se pueden maridar muchos aspectos: entre viñedos, combinar el vino con mirar las estrellas, doma de caballo bajo la luna o miradores astronómicos en mitad del campo. El punto central: poner en valor la experiencia de vivir el cielo, en entornos normalmente rurales con poca contaminación lumínica”.
¿Atraer el astroturismo hacia esos puntos especiales del globo no implicaría afectarlos en cuanto a contaminación lumínica? «Es al revés”, responde a DW Gonzalo Contreras. «Toda iniciativa de astroturismo tiene una importante componente de conservación del cielo. Los municipios que ofrecen astroturismo definen su luminaria pública no sólo para que no aumente la contaminación lumínica sino para que, a través de utilización energética inteligente, incluso se reduzca”, puntualiza.
Así las cosas, a mediados de noviembre la alianza analizará en el Valle Sagrado en Cuzco cómo atraer el flujo turístico de Macchu Picchu hacia, por ejemplo, la municipalidad de Maras, vinculando observaciones de astroturismo con ofertas basadas en la cultura inca y con estadías en la comunidad. En enero, en la visita a México, a través de AmoMéxico, «se generará una hoja de ruta para poner en valor el astroturismo con los flujos turísticos no tradicionales con valor etnográfico”, sigue Contreras.
Más de lo esperado
De esta iniciativa de cooperación triangular de la UE se esperaba a su término (abril de 2024) tres iniciativas concretas en México y tres en Perú. Pero, al parecer, rebasará las expectativas.
«Estamos hablando ya de una red iberoamericna de destinos astroturísticos -bajo el amparo de la Organización Mundial del Turismo y la Secretaría General para Iberoamérica- y también de una red iberoamericana de eclipses. Coahuila se está nutriendo de la experiencia de Chile con su último eclipse (octubre 2023). Y nosotros, en España, nos vamos a aprovechar de esa experiencia para los eclipses totales del 2026, 2027 y 2028”, concluye Contreras.