Tegucigalpa – La economía de la zona sur del país sufre un severo revés tras el anuncio realizado por Carlos Zelaya, representante del sector acuícola, quien confirmó el cierre de al menos 60 pequeñas y medianas empresas camaroneras. Este hecho profundiza la crisis que el sector viene experimentando desde el año pasado.
«Tristemente, es una noticia muy real, se nos reportan el cierre de 60 pequeñas y medianas empresas en el sector acuícola, a esto se suma la gravedad que tiene el sector acuícola desde el año pasado», declaró Zelaya, evidenciando la magnitud del problema.
La situación resulta especialmente preocupante debido a su impacto en el empleo regional. Según estimaciones del representante sectorial, entre 6,000 y 8,000 puestos de trabajo se han perdido durante este periodo productivo, principalmente en los departamentos de Choluteca y Valle, donde estas empresas constituyen un pilar fundamental para la economía local.
El impacto trasciende el ámbito laboral y afecta directamente la capacidad exportadora del país. «El impacto económico es una consecuencia lamentable, si vemos qué sectores como el camaronero dejó de producir al cierre del 2024, al menos 20 millones de libras de camarón y obviamente esto es lo que trae divisas», explicó Zelaya, señalando la pérdida significativa en el mercado internacional.
Ante este escenario crítico, el sector no se queda de brazos cruzados y ya ha iniciado la búsqueda de alternativas viables. Recientemente se llevó a cabo un encuentro estratégico entre empresarios nacionales del sector acuícola y representantes empresariales de Israel, orientado a explorar soluciones tecnológicas que permitan reducir los costos operativos.
«Acabamos de terminar un encuentro con empresarios nacionales del sector acuícola junto con empresarios de Israel, con el propósito de poder intercambiar opiniones del sector y poder lograr apoyo en temas de tecnología que nos permita poder reducir los costos de producción», subrayó Zelaya.
Las expectativas del gremio se centran ahora en la apertura de nuevos mercados y la implementación de innovaciones que les permitan adaptarse a las condiciones actuales. La incorporación de tecnologías más eficientes podría ser la clave para que el sector recupere su posición competitiva a nivel internacional, sorteando así la difícil coyuntura que enfrenta.
Los próximos meses serán decisivos para determinar si estas iniciativas logran revertir la tendencia negativa que ha llevado al cierre de tantas empresas y la pérdida de miles de empleos en una región cuya economía depende en gran medida de la industria camaronera.