Por: Vittorio Baste Bonafont.
Este domingo 18 de octubre es histórico en Bolivia, sea cual fuere el resultado que se presente electoralmente; porque, exactamente un año después de las controversiales elecciones de octubre 2019, donde se autoproclamó ganador el autoritario ex gobernante Evo Morales, que desembocó el una polarización social y también en el exilio de Morales primero en México y luego en Argentina.
Dicho lo cual, el país por fin va a elecciones generales, donde se elige presidente y vicepresidente de la república, senadores, diputados y representantes supraestatales. Si no se unen, serían responsables de una posible victoria del MAS que llevaría a Bolivia a un gobierno autoritario populista, una mayor represión política y una pobreza aún mayor. Sería una verdadera tragedia política, y lo más triste es que podría ser perfectamente evitable.
En Bolivia están habilitados más de 7.3 millones de votantes para sufragar, de ese colectivo más de 300 mil bolivianos pueden ejercer el sufragio desde el exterior.
La cotienda electoral se define de dos formas; en primera vuelta o con balotaje programado para el 29 de noviembre, de ser el caso. En el primer escenario se necesita que una candidatura tenga el 50% de los votos válidos o en su defecto que la candidatura que se ubique en primer lugar obtenga un 40% de los votos válidos con una diferencia respecto de la segunda de diez puntos porcentuales; si no se cumple esto habrá balotaje entre las dos candidaturas más votadas, que seguramente serán las de Luis Arce del partido MAS (Movimiento al Socialismo) y la del opositor y expresidente boliviano Carlos Mesa del CC (Comunidad Ciudadana). El resultado oficial estará listo siete días despueés de efectuados los comicios.
Las encuestas recientes expresan que es muy probable un balotaje, ya que Luis Arce del MAS podría lleagar a 42.2% y Carlos Mesa llegaría a un 33.1%.
Ahora bien de darse el caso de un balotaje, caso que quieren evitar el partido MAS afín a Morales, porque es muy probable con estos resultados que candidato socialista venza en primera vuelta pero pierda en la segunda, porque se presume que los votos de la tercera candidatura de Luis Fernando Camacho vayan para Carlos Mesa.
Pero también es probable que al estar el electorado demasiado polarizado, y lamentablemente uno de esos polos está fragmentado y el otro está unificado. Este panorama hace prever lo lógico que gane el polo más unido; ese muy probablmente pueda ser el MAS, partido que patrocina a Luis Arce, el candidato del expresidente Evo Morales.
En resumen amigos, la mayor fortaleza del MAS no está per se en si mismo, está en la división del voto en la oposición.
Ante este panorama caben las interrogantes ¿Habrá segunda vuelta? ¿Podrá gobernar Arce si gana el MAS? ¿Serán respetados los resultados oficiales por parte de los candidatos?
Dicho lo cual amigos, no me compete decir por quién votar eso le dejo a la responsabilidad y buen criterio de los bolivianos, pero sí puedo expresar mi deseo para que en Bolivia nunca más reinen el autoritarismo, el populismo, la represión política y una inopia aún mayor. Sería una verdadera catástrofe política, y lo más doloroso del caso es que podría ser perfectamente evitable.
