TEGUCIGALPA, HONDURAS – En un reciente intercambio con la embajadora de Estados Unidos, Laura Dogu, el canciller de Honduras, Enrique Reina, solicitó cooperación en lugar de críticas con respecto al proyecto de construcción de una nueva cárcel en Isla del Cisne.
La embajadora Dogu había señalado la dificultad de mantener cárceles en islas, citando el ejemplo de Alcatraz en San Francisco, que fue cerrada debido a los altos costos y dificultades logísticas.
Reina respondió a estas observaciones destacando las diferencias en contextos y necesidades entre Honduras y Estados Unidos. «Sería más importante que cooperen a que quieran decirnos qué hacer, las maras son un problema que les afecta también, hasta en la trata y tráfico de personas», expresó Reina en una publicación en su cuenta de X, la red social.
El Gobierno de Honduras, bajo la administración de la presidenta Xiomara Castro, aprobó el pasado 4 de julio la licencia ambiental para construir esta cárcel, destinada a albergar reclusos de alta peligrosidad.
La construcción en las Islas del Cisne, ubicadas a 250 kilómetros de tierra firme, se estima que costará unos 80 millones de dólares (aproximadamente 2 mil millones de lempiras).
Reina enfatizó la urgencia y la necesidad del proyecto, añadiendo que «en tiempos difíciles hay que tomar medidas difíciles». Este comentario refleja la firme posición del gobierno hondureño de avanzar con el proyecto, a pesar de las advertencias sobre los posibles desafíos y críticas internacionales.
La construcción de la cárcel es vista como una medida clave en la lucha contra la delincuencia organizada y el narcotráfico, problemas que tienen un impacto directo no solo en Honduras sino también en la región.