Tegucigalpa – En un revelador pronunciamiento, el canciller de Honduras, Enrique Reina, expuso este lunes los motivos detrás de la suspensión del Tratado de Extradición con Estados Unidos, señalando que la decisión se fundamentó en información de inteligencia que alertaba sobre potenciales conspiraciones dentro de las Fuerzas Armadas, específicamente dirigidas contra el jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández.
«No se podía permitir que la Extradición se usara para temas políticos», enfatizó Reina, explicando que esta situación representaba un riesgo significativo para la estabilidad gubernamental. A once días del vencimiento del tratado, el gobierno hondureño prioriza la atención a los migrantes retornados de Estados Unidos, sugiriendo que no existe intención de renovar el acuerdo de extradición.
El canciller aclaró que, sin instrucciones directas de la presidenta Xiomara Castro para iniciar diálogos con Estados Unidos sobre la extradición, Honduras continuará enfocándose en desarrollar tratados y convenios con otras naciones.
Durante su intervención, Reina también abordó un tema igualmente preocupante: la violencia política con sesgo de género. Denunció los «ataques permanentes» contra la presidenta Xiomara Castro, señalando que estos intentos de «minimizar sus capacidades como presidenta y su gestión como mujer» representan una forma alarmante de violencia política.
Esta situación pone de manifiesto dos desafíos críticos que enfrenta la administración hondureña: la necesidad de mantener la seguridad institucional frente a posibles amenazas internas y la persistencia de la violencia política de género en los más altos niveles del gobierno.
La decisión de no renovar el Tratado de Extradición marca un punto de inflexión en las relaciones Honduras-Estados Unidos, mientras el país centroamericano busca reorientar sus prioridades hacia la protección de sus ciudadanos migrantes y la salvaguarda de su estabilidad institucional.