Por: José Eliécer Palomino Rojas
En la mañana el paisaje despertador, con la sonora caricia de canto en repetido estribillo…Juan chachalaco Juan chachalaco, Juan chachalaco…
Mientras despiertan los árboles silvestres… solitaria en un pedazo de tronco, donde los ramales se encajan, …
Una guacharaca se despierta con el vaivén de la fresca brisa de la quebrada…
En su plumaje de dorso de color grisáceo en el cuello y color café en oscuro cuerpo esbelto y rectilíneo, visible dentro las hojas de los árboles, alargando su cuello, con su sonoro canto en repetido estribillo…Juan chachalaco, Juan Chachalaco, Juan Chachalaco…
Cantora entre los ramales de zonas boscosa, canta la guacharaca mirando el amanecer y anochecer…
Callada, inmóvil en silencio profundo, la guacharaca estira el cuello y abre el plumaje de su cola
Rectilíneo, cuando entre el canto en repetido estribillo Juan chachalaco, Juan Chachalaco, Juan Chachalaco…la melodía de su nombre, sin afán en viva soledad…se ve dentro un leve acento, voladora, cantora y solitaria, en las cortas horas de amanecer y anochecer la guacharaca.
Las opiniones expresadas de los “columnistas” en los artículos de opinión, son de responsabilidad exclusiva de sus autores y no necesariamente reflejan la línea editorial de Diario El Mundo.