Tegucigalpa. – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez cuestionó hoy durante la homilía dominical celebrada en la iglesia católica San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, el lanzamiento y relanzamiento de candidaturas y precandidaturas, lo que calificó como un círculo vicioso de la politiquería.
“Necesitamos una nueva mentalidad en nuestro país, estamos atrapados en un círculo vicioso de una politiquería que sólo piensa en eso y que nos quita el horizonte del auténtico desarrollo que es la promoción del bien común, da la impresión que lanzamientos y relanzamientos y candidaturas y precandidaturas fueran los problemas esenciales de Honduras y esos no lo son”, fustigó el cardenal hondureño.
Señaló que el pueblo hondureño no puede vivir como anestesiado en esa politiquería, tenemos que volver a la palabra de Dios que nos dice cuál es el camino para poder llegar al verdadero desarrollo y superar la injusticia social, “no es en círculos concéntricos buscando simplemente el poder y esto nos llama fuertemente hoy la palabra de Dios, un cambio de mentalidad, otra manera de ver las cosas, en hebreo es un cambio de dirección, vamos en una dirección y debemos tomar otro rumbo porque el que llevamos es equivocado”.
El prelado comenzó la misa refiriendo que este tercer domingo del tiempo durante el año, fue designado por el papa Francisco como el domingo de la palabra de Dios y en ese sentido, fueron obsequiadas simbólicamente 25 biblias a personas de la congregación de la catedral previamente escogidas a través de la comisión de la nueva evangelización que presidente el padre Tony Salinas, párroco de la iglesia de Ojojona.
Asimismo, mencionó que ayer comenzó la novena de Nuestra Señora de Suyapa y precisamente a lo largo de la novena, parte de la devoción a la madre tiene que ser esa cercanía con la palabra de Dios.
“Este domingo hemos escuchado del profeta Isaías, el pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande y cuando la gente no se acerca a la palabra de Dios, cuando no conoce la palabra de Dios prácticamente se vive en tinieblas, en las tinieblas del error, en las tinieblas de la ignorancia, en las tinieblas de la violencia y sombras de muerte, como dice el profeta”, aludió Rodríguez.
Apuntó que esa luz grande es Cristo y es la que ilumina siempre nuestros corazones cuando nos abrimos a Él, Jesús es la gran luz levantada sobre nuestra tierra, para que brille, para que transforme los corazones.
El evangelio de este domingo ha presentado al Señor Jesús, comenzando su misión en Galilea, sitúa a Jesús en Galilea, no en Jerusalén sino en Galilea, una tierra que era pagana, la Galilea de los gentiles se llamaba, no entonces ni en el centro religioso y político de los judíos, un cruce de religiones.
El evangelio quiere poner de relieve que la luz grande que es Cristo viene a iluminar a todos los que habitan en tinieblas y en sombras de muerte y en ese sentido, Galilea es nuestro mundo de hoy.
“Nuestra Honduras de hoy, un mundo que está sumido en pobreza, en hambre, en tantos países en guerra, la opresión, la corrupción, la injusticia, esa es la Galilea la que hay que evangelizar, es allí donde se necesita la luz grande de Jesús con el anuncio del reino, con el anuncio de su santa palabra, Jesús es la luz del mundo, el misterio de la oscuridad humana se ilumina en Él, nuestras propias tinieblas, nuestras sombras son iluminadas por Cristo, dejemos que Él alumbre todo lo que puede haber de oscuridad en nuestra vida”, acotó.
Agregó que Jesús comenzó su predicación con una palabra clave que se nos repite especialmente al iniciar la cuaresma, conviértanse porque está cerca el reino de los cielos, conviértanse que en griego significa cambio de dirección, cambio de mentalidad.
“Necesitamos una nueva mentalidad en nuestro país, estamos atrapados en un círculo vicioso de una politiquería que sólo piensa en eso y que nos quita el horizonte del auténtico desarrollo que es la promoción del bien común, da la impresión que lanzamientos y relanzamientos y candidaturas y precandidaturas fueran los problemas esenciales de Honduras y esos no lo son”, cuestionó el purpurado.
Acotó que el pueblo hondureño no puede vivir como anestesiado en esa politiquería, tenemos que volver a la palabra de Dios que nos dice cuál es el camino para poder llegar al verdadero desarrollo y superar la injusticia social, “no es en círculos concéntricos buscando simplemente el poder y esto nos llama fuertemente hoy la palabra de Dios, un cambio de mentalidad, otra manera de ver las cosas, en hebreo es un cambio de dirección, vamos en una dirección y debemos tomar otro rumbo porque el que llevamos es equivocado”.
Recalcó que la conversión es una llamada a una renovación profunda de nuestra vida, la conversión nos hace salir de la mediocridad y volvernos a Dios, convertirnos es dejar el egoísmo y concentrarnos en Dios reconociendo que es el único que puede cambiar nuestra vida, es el único que puede reconstruir nuestra persona.
Aludió que el apóstol San Pablo en la segunda lectura ha dicho que entre ustedes no pueden haber divisiones ni confrontaciones, pero “en Honduras no se oye vivimos siempre confrontados, no hay un momento en que podamos decir respetémonos unos a otros, no nos insultemos, no vivamos como si fuésemos enemigos, todos somos hijos del mismo Padre que es Dios y si todos somos hijos del mismo Padre, estamos llamados a ser hermanos, nos urge entonces una verdadera conversión, un cambio profundo, gozoso, lleno de esperanza porque Cristo es el que realiza las aspiraciones más profundas de nuestro corazón”.
Señaló que el ser humano ignora lo que lleva en su interior, muchas veces se siente inseguro sobre el sentido de su vida en esta tierra, muchas veces está dominado por la duda, el vacío, la nada, el sin sentido.
“Cuántas veces el Señor nos llama durante el día y no le aceptamos su llamada porque estamos muy preocupados en nuestras redes, en nuestros pecados, estamos muy ocupados en cantidad de cosas, estamos muy ocupados en la politiquería, estamos muy preocupados en la búsqueda simplemente del poder o del dinero o del placer sin reglas morales y entonces por eso no escuchamos la voz de la palabra del Señor”, recriminó.