Tegucigalpa – El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga ha sido catalogado como uno de los ocho prelados más influyentes entre los 133 que participarán en el cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco, según destaca una reciente publicación del prestigioso diario español ABC.
A sus 82 años, Rodríguez Maradiaga, reconocido por su estrecha amistad con el pontífice fallecido, mantiene una posición de notable influencia dentro del Colegio Cardenalicio. El medio español resalta su capacidad para incidir en la elección: «El enorme prestigio de Maradiaga puede ser útil al sector más conservador para tratar de reunir una mayoría en torno a un candidato de consenso, que combine la vocación misionera de la Iglesia con una visión doctrinal sólida».
Esta caracterización sitúa al cardenal hondureño como una figura capaz de tender puentes entre las diferentes corrientes ideológicas presentes en la Iglesia Católica, lo que podría resultar determinante para alcanzar los consensos necesarios durante el proceso de elección papal.
El cónclave para designar al nuevo líder de la Iglesia Católica comenzará oficialmente el próximo 7 de mayo en la emblemática Capilla Sixtina del Vaticano, según confirmó este lunes el portavoz vaticano, Matteo Bruni. La primera votación se realizará por la tarde, después de la celebración de la misa «pro eligendo pontifice», siguiendo la tradición eclesiástica.
Hasta el momento, las congregaciones generales previas al cónclave han contado con la participación de más de 180 cardenales, de los cuales más de un centenar tienen derecho a voto. Aunque estaba prevista la participación de 134 cardenales menores de 80 años con derecho a elegir al nuevo Papa, el portavoz vaticano no confirmó la cifra exacta, señalando que algunos purpurados podrían incorporarse en el último momento debido a condiciones de salud.
La inclusión de Rodríguez Maradiaga entre los cardenales más influyentes refleja la relevancia internacional que ha alcanzado el prelado hondureño durante su trayectoria eclesiástica, constituyendo un motivo de orgullo para Honduras al ver a uno de sus representantes con capacidad para influir en decisiones de trascendencia global para la Iglesia Católica.