Las aplicaciones que no usamos pueden convertirse en un foco de ataque por ciberdelincuentes.
Por Infobae
Con el uso continuo del celular es normal que con el paso de las semanas tengamos varias aplicaciones instaladas, muchas de ellas sin usar. Algo que en teoría no debería ser un problema, pero puede que alguna de esas aplicaciones sea vulnerada y se convierta en una puerta de entrada para los ciberdelincuentes.
Expertos en ciberseguridad, como la empresa Kaspersky, proponen una solución sencilla que puede evitar ser espiado y reducir el riesgo de que nuestra privacidad y seguridad se vea afectada por una plataforma que no estamos usando. La medida se llama: una al día.
Cómo funciona la regla de ‘una al día’
Con el paso de los meses, es común que descarguemos diversas aplicaciones en nuestros celulares, pero la realidad es que muchas de estas quedan en el olvido después de usarlas una vez jamás volvemos a entrar. La acumulación de estas aplicaciones no solo ocupa espacio de almacenamiento, sino que también puede tener consecuencias graves para nuestra privacidad y la integridad de nuestros datos.
En primer lugar, estas aplicaciones a menudo poseen permisos que, si se les concede y luego se olvidan, pueden convertirse en un riesgo para nuestra privacidad. Además, algunas de estas apps pueden estar ejecutándose en segundo plano, consumiendo recursos valiosos como la memoria y la energía de la batería. Pero, lo más alarmante, es que muchas de ellas podrían estar desactualizadas, abandonadas por sus desarrolladores y expuestas a vulnerabilidades de seguridad que nunca son corregidas.
Ante este panorama, los expertos han propuesto una solución simple pero efectiva: la regla de ‘una al día’. El objetivo es claro: liberar nuestros dispositivos de aquellas aplicaciones que llevamos meses sin utilizar y que podrían representar un riesgo para la salud de nuestros dispositivos y la seguridad de nuestros datos.
Eliminar una aplicación al día puede parecer una tarea sencilla, pero tener esa rutina puede representar cambios importantes en nuestra seguridad y rendimiento del teléfono. Además, tener el celular con las apps justas es una manera de ahorrar espacio para almacenar fotografías o videos que sí sean de valor.
Para aquellas aplicaciones preinstaladas que no se pueden eliminar, la solución es desactivarla para evitar que se ejecuten en segundo plano y recopilen datos innecesarios.