Tegucigalpa – El secretario de Infraestructura y Transporte (SIT), Octavio Pineda, confirmó este jueves que un total de 18 comunidades se encuentran incomunicadas por las intensas lluvias asociadas a la tormenta tropical Erick, afectando aproximadamente a 80 mil habitantes en las regiones occidental, sur y oriental del territorio hondureño.
Al corte de las 5:00 de la tarde del 18 de junio, la SIT había identificado en su radar de monitoreo estas comunidades afectadas por las precipitaciones, algunas de forma directa y otras indirectamente. Pineda destacó que, afortunadamente, el Valle de Sula no ha registrado problemas mayores, aunque se reportan situaciones puntuales de aislamiento en San Manuel, Pimienta y Choloma.
El funcionario reveló que aproximadamente 570 kilómetros de carretera se han visto obstruidos por los efectos de la tormenta tropical, lo que ha complicado significativamente la movilidad terrestre y el acceso a las comunidades afectadas.
Respecto a los proyectos de infraestructura vial, Pineda defendió que el tramo de cinco kilómetros en la salida al oriente desde la capital hacia Danlí no está abandonado, sino estancado debido a las condiciones climáticas adversas. «No nos da para fundir» debido al clima, explicó el secretario, refiriéndose a las limitaciones para continuar con el trabajo de concreto hidráulico.
El titular de la SIT informó que sostuvo reuniones con representantes de las comunidades afectadas, la empresa supervisora y la ejecutora del proyecto, donde «se disiparon todas las dudas» sobre la continuidad de las obras. Pineda aseguró que cuando mejoren las condiciones meteorológicas, los trabajos se reanudarán con normalidad.
Sin embargo, el funcionario reconoció una situación financiera compleja en la secretaría, admitiendo que el gobierno mantiene deudas con la constructora del proyecto hacia Danlí y otras empresas ejecutoras y supervisoras. «La SIT debe unos 1,300 millones de lempiras, ese es el valor adeudado al corte de hoy», declaró Pineda.
El secretario advirtió que si continúan recibiendo estimaciones de trabajo, la deuda podría escalarse hasta alcanzar «unos 2,000 millones de lempiras» con los ejecutores de proyectos. No obstante, Pineda calificó estas deudas como «normales» dentro del funcionamiento institucional.
La situación evidencia los desafíos que enfrenta la infraestructura vial hondureña ante eventos meteorológicos adversos, mientras el gobierno busca equilibrar la continuidad de proyectos estratégicos con las limitaciones presupuestarias y las condiciones climáticas que dificultan el avance de las obras públicas.