Tegucigalpa- El historiador, investigador y fotógrafo hondureño, Rubén Darío Paz desde 1998 inició las visitas a cada uno de los 298 municipios que conforman el país para documentar la historia de los mismos y para ello cuenta con más de 135 mil imágenes y cuyo libro saldrá a la venta en las próximas semanas.
-Es miembro de la Academia de Geografía e Historia.
-Sus fotografías han sido expuestas en varios países, algunas colecciones sobre Honduras están de manera permanente en Italia, República Dominicana, Chile y Ecuador.
– Es coleccionista desde tiempos escolares, de billetes y monedas del mundo, postales, llaveros, rocas y libros en primera edición.
Imágenes de calles, avenidas, flores, cementerios, rostros, personajes folclóricos, festividades, imágenes religiosas algunas coloniales, otras incorporadas, es un trabajo sistemático de cada uno de los municipios, detalló en conversación con El Mundo.
Detalló que en 1998 inició con el proyecto, 15 días después ya tenía mapeado el mismo.
Destacó alrededor de 15 municipios que se pueden considerar encantadores entre ellos: San Marcos de Colón en Choluteca, Minas de Oro y Esquías en Comayagua, Guarita en Lempira, Cedros en Francisco Morazán, San José de Colinas y San Luis en Santa Bárbara.
Agregó que hay una serie de pueblos en Honduras que parecen postales hermosos.
Desde niño se inclinó por la historia
Rubén Darío Paz, nació el 17 de enero de 1968 en la ciudad de Santa Bárbara, sin embargo su infancia transcurrió en el municipio de Ilama, siempre en ese occidental departamento.
Rubén Darío es divorciado, es padre de tres hijos, y señaló que dejará que ellos decidan qué quieren ser de grandes, “uno solo es un ejemplo para ellos en la vida cotidiana, yo vengo de un lugar donde no había libros, mi padre cursó el segundo grado y mi madre el tercer grado, por lo que crecí con abundancia de cosas materiales porque había un negocio, pero sin libros”, comentó.
Su educación la cursó en la ciudad de Santa Bárbara, posteriormente se trasladó a la capital hondureña donde estudió Historia en la que tuvo una gama importante de formadores.
Luego terminó impartiendo clases en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), en Salamanca, España, estudió Antropología Cultural.
Sostuvo que la influencia de su profesor de Estudios Sociales en su carrera fue grande, ya que era un personaje entregado al estudio, por lo que fue su gran conversador antes y después de la escuela.
Actualmente, reside en Santa Rosa de Copán, sigue vinculado con la UNAH como Director de Gestión Cultural y como catedrático de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).
Ancianos contadores de historias
“Mi infancia recuerdo con mucho agrado que crecí en un pueblo donde no había luz eléctrica por lo que no tenía por qué extrañar la televisión, pero sí había una buena cantidad de ancianos contadores de historias”, manifestó.
Además, creció en un municipio donde había habido un personaje como José María Tobías Rosa que era poeta, dramaturgo y que llevó el teatro infantil al municipio de Ilama y que se había ganado una imprenta en Estados Unidos y que la misma la trajo por Puerto Cortés, pasó por Pimienta hasta llegar a Ilama, la misma sirvió por lo menos 14 años para publicar teatro escolar.
Agregó que los ancianos contaban que por los años 20 a 25 mientras había una convulsión, Tobías Rosa imprimía cultura, poesía, obras de teatro infantil, es por eso que le llamó dramaturgo del teatro escolar hondureño.
Otra elemento que me marcó fue que Ilama como municipio fue motivo de uno de los libros más leídos en Honduras “Los Brujos de Ilamatepeque” de Ramón Amaya Amador, el libro se desarrolla en el municipio, donde conocía los lugares, entonces “crecí en ese pueblo donde no se extrañaba la televisión, pero si los amigos, donde no deje de escuchar a los ancianos que se convirtieron en mis amigos y eso marca el reflejo de nuestros pueblos”, sostuvo.
Historiador, investigador y fotógrafo
Rubén Darío Paz es historiador, investigador y fotógrafo, por lo que se le consultó cuál de las tres facetas lo identifican por lo que contestó que se conjuga con las tres porque están ligadas.
“Siento que tengo un privilegio en mis manos, soy historiador, estudié Antropología Cultural y soy fotógrafo por lo que es un combo para mí y al servicio del país”, comentó.
Sostuvo que ha tenido la dicha de que sus fotografías están expuestas en varios países del mundo, entre ellos Italia, República Dominicana, Chile y Ecuador.
Añadió que en cada país hay entre 30 y 40 fotografías de Honduras.
Sus obras
Rubén Darío Paz arrancó con sus primeros ensayos en diario El Heraldo en una sección de nombre Tribuna Cultural que manejaba el poeta Oscar Acosta.
Posteriormente, editó una serie de suplementos en donde su trabajo de fotografías y documentos los compartía como parte de la pasión a lo que ama.
Detalló que uno de sus primeros trabajos fue sobre los municipios de Honduras, durante 40 domingos continuos compartió la historia de los mismo documentándolos cada uno ya que hace un par de años no había internet y era más difícil encontrar información si uno no visitaba los mismos.
Su último libro es Crónicas del Bicentenario, que lo realizó durante la pandemia, por lo que seleccionó algunos amigos que conformaron las crónicas y por 90 días el proyecto fue dado a conocer a través de una radio nacional y posteriormente lo convirtió en libro, mismo que también está en PDF para que todo mundo lo pueda tener.
Aseguró que su próximo libro se llamará “Honduras y sus manifestaciones culturales” donde documenta los 298 municipios que será puesto al público entre el 15 de diciembre o el 15 de enero del próximo año.
Asimismo, tiene el proyecto de las Hojas del Patrimonio donde expondrá algunas fotografías y descripciones de los puentes más famosos del país.
Falta de una política de cultura
A criterio del historiador, se ha equivocado la política de cultura en el país, se ha abandonado las principales áreas como la Educación Cívica, la Historia en los centros básicos, no existe una política cultural educativa que permita acercarse a los libros.
“Hoy nuestros jóvenes están más atentos a las redes sociales, al whatsApp que a una buena biblioteca, la UNAH tiene una colección hondureña donde los estudiantes podrían repasar la poesía, los ensayos, la novela, pero cuando vamos a estos lugares los vemos vacíos, por lo que hace falta una política del libro en Honduras”, arguyó.
Agregó que las autoridades de Educación se planteen el uso del libro no como un lujo, sino volverlo a implementar ya que el libro electrónico nunca va a superar a un libro en físico, su olor, tocarlo, sentirlo, etc.
Detalló que solo el 30% de los hogares hondureños tiene internet, por lo que uno se pregunta qué pasa con el resto el 70%, la gente no lee, la juventud está leyendo menos, pero esto pasa porque el profesor no lo presiona y porque hay menos compromiso con la docencia.
No hay un dato preciso sobre cuántas obras existen
Según el historiador hasta el momento en Honduras no hay un dato preciso de cuántas obras hay en el país, pero si hay valiosos hondureños que han expuesto sus obras como Juan Ramón Martínez que por lo menos tiene unas 32, Mario Argueta tiene otra treintena, Nery Alexis Gaitán tiene otra buena cantidad de obras.
“Honduras tiene la dicha de contar con personas que han dedicado su vida a fomentar la cultura”, sostuvo.
Escaso apoyo a las etnias
Al ser consultado que le desilusiona, contestó que el escaso apoyo para promover el país a través de los grupos culturalmente diferenciados.
Agregó que pareciera que en el Estado hay una idea de que las comunidades indígenas es preferible tenerlas olvidadas y eso es algo absurdo, arguyó.
Señaló que Honduras a esta altura debería de tener no solo una identidad nacional, sino que varias ya que el misquito tiene su propia visión, los Tawahkas tienen otra visión sobre el país, cada una de las etnias, porque en este país deben de caber todos.
La falta de una política cultural y que los últimos gobiernos no hayan tenido una responsabilidad sobre una valoración de la cultura deja a Honduras muy mal parada, arguyó.
“Esperemos que con la ministra de Cultura haya una mejor valoración y presupuesto porque solo con voluntad no se puede, en un país serio debe de haber un presupuesto para fomentar la cultura, pero aquí vemos cómo las Fuerzas Armadas tiene mayor presupuesto que quizá Cultura”, lamentó.
Aseguró que Honduras es un país de gente talentosa.
Deterioro de la lengua
Sostuvo que el español hondureño presenta un deterioro desde el Estado porque no hubo una política de conservación para asegurar la lengua.
Indicó que los especialistas señalan que Honduras entre los países de Latinoamérica es donde se habla el español más bonito por su tonalidad.
“Yo me quedaría con los pueblos de Olancho que tienen unas tonalidades muy particulares, en Colinas, Santa Bárbara, tiene un manejo de la S muy prolongado y un no al final, por ejemplo estamos muy cómodos no, entonces hay varios elementos que valen la pena estudiarlos”, acotó.
Añadió que en el área rural se habla un idioma distinto al citadino, hay unos giros lingüísticos que aún no se han estudiado.
Lamentó que la lengua lenca haya desaparecido, “no hay un tan solo hablante de esta lengua ya en el país y en este momento solo hay dos personas que hablan la lengua Chortí y es algo triste porque no se puede recuperar una lengua, esto es una pérdida irreparable”.
Sostuvo que los indígenas son utilizados por los políticos cuando hay campañas.
Aseguró que Olanchito en Yoro, es un hervidero de actividades intelectuales, es el que tiene más escritores, gente que hace poesía, literatura, es por eso que hay muchas razones por las cuales se sientan orgullosos.
Apuntó que no hay un dato específico de cuántos indígenas hay en el país.