Por: José Eliécer Palomino Rojas.
Cada 16 de julio, miles de cejeños amanecen llenos de Espíritu Carmelitano, en honor y devoción a la “Negrita Crespita” como llaman cariñosamente a la Virgen del Carmen o Virgen del Monte Carmelo.
“Desde hace 40 años mi devoción a la Virgen del Carmen, me permite arreglar mi carro en unión con mi señora esposa, e hijos, y como líder de mi familia, soy el que decido cada año en qué lugar de mi carrito ubicar a la “virgen crespita” en los desfiles”; lo expresó don Jesús Muñetón conductor de camión.
Muchos lugares del planeta tierra, los 16 de julio rinden maravilloso homenaje a la Virgen María, bajo la advocación de la Virgen del Carmen, desde países, continentes, por cielo, mar, tierra o en lomo de bestias, barcos, canoas, lanchas, aviones y vehículos. La (“Karmel” que significa jardín) es exaltada, adornada con ramilletes de cintas de color blancas, beige, o café; flores de todas las especies y aromas; con rezos de rosarios de aurora, quema de incienso, y eucaristías, reviven y fortalecen los feligreses, el fervor a la virgen del monte Carmelo.
El Municipio de la Ceja Antioquia colombiano, no ha sido ajeno en cuanto a la celebración, exaltación, y veneración a la Virgen María del Carmen, porque desde 1789 aproximadamente 233 años, un grupo de Alféreces, han mantenido la devoción y tradición de las fiestas patronales dentro de sus familias, dentro del municipio floricultor y bicicletero.
“Ya cuando se formó la parroquia en 1815, el padre Pablo Villa que fue que ya se nombró esto como una parroquia en 1815, eso cogió lo que era la Ceja, el Retiro y no recuerdo si parte de Monte Bello, entonces esto quedó como parroquia principal, y allí empezó a conmemorarse las fiestas patronales con la Virgen del cuadro que fue pintada por el padre Pablo Villa. Ya por ahí en la década de 1840 a 1848 trajeron la imagen que está al fondo, y que fue donada por la señora Francisca Bernal, y dicen que es de origen quiteño”. Narró el señor Rubén Guillermo González.
Hay que aclarar que las verdaderas fiestas, de los habitantes del municipio de la Ceja, del oriente antioqueño, es como un acto de veneración y no de adoración, en donde la devoción pasa de lo religioso a lo espiritual, en el que María del monte Carmelo, es la discípula, madre, guía y protectora de las manos, los pies y la mente de los conductores de vehículos, bicicletas, motos, barcos, aviones y animales de herradura.
¿Será que la devoción y el clamor a la virgen del Carmen, los conductores la veneran y la invocan en ocasiones, o en todo suspirar de su existencia?.
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