Tegucigalpa – La socióloga Julieta Castellanos ha expresado su preocupación por la situación actual en Honduras, donde el 90% de la conflictividad es protagonizada por los colectivos del partido político Libre. Según Castellanos, esto parece ilógico e incluso podría interpretarse como un autocomplot contra el propio gobierno.
La socióloga señala que algunos ministros no actúan ni realizan cambios en su personal debido a las demandas de los colectivos de Libre. Además, destaca que estos colectivos están desalojando a otros gremios que ocupan instituciones, ejerciendo su poder a través de la fuerza.
Castellanos lamenta que el pueblo hondureño esté viviendo una situación compleja y riesgosa, caracterizada por una inestabilidad constante, un debilitamiento de las instituciones y una erosión del concepto de autoridad.
En este sentido, la socióloga analiza que cuando se ostenta el poder, debería utilizarse para consolidarlo, mejorar la situación y generar satisfacción. Sin embargo, considera que eso no está sucediendo con el partido Libre y se observa una confrontación casi enfermiza entre los colectivos y el propio partido.
Castellanos destaca que el gobierno de Libre no puede cumplir sus promesas y se enfrenta a la presión constante de sus bases desde diferentes sectores, lo que le impide actuar enérgicamente o desalojar a los colectivos utilizando la fuerza pública.
Asimismo, menciona que algunos ministros se ven obligados a realizar destituciones debido a las demandas de los colectivos de Libre, mientras que otros ministros evitan tomar medidas en instituciones como el Ministerio Público, ya que están bajo el control de dichos colectivos y cuentan con la aprobación de la autoridad superior del partido y del gobierno.
La socióloga resalta que la situación se complica aún más porque son los propios colectivos quienes desalojan a otros grupos y gremios que ocupan instituciones. Esto ha llevado a un debilitamiento tanto de las instituciones como de los organismos de sociedad civil, los derechos humanos y los sindicatos, que no salen en defensa de los demás sindicatos.
En resumen, Castellanos advierte sobre el debilitamiento institucional y la prevalencia de la fuerza en la actualidad, lo cual supone un desafío para la institucionalidad del país.