Tegucigalpa – Una profunda crisis institucional ha estallado en el seno del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras tras la contundente reacción del consejero propietario Marlon Ochoa, quien desautorizó públicamente a la presidenta del organismo, Cossette López, rechazando categóricamente sus declaraciones sobre una supuesta imposibilidad para realizar las elecciones generales programadas para noviembre de 2025.
Mediante una carta formal dirigida a López, Ochoa expresó su total desacuerdo con las afirmaciones vertidas por la presidenta del CNE ante el Congreso Nacional, subrayando que tales declaraciones «no reflejan la postura del pleno ni la institucional» y calificándolas como «injustas», especialmente considerando los avances logrados durante el reciente proceso de elecciones primarias.
«No comparto estas declaraciones y considero que son sorpresivas y que alimentan un ambiente de incertidumbre y zozobra a siete meses de las elecciones generales. No existe justificación para que incumplamos nuestro deber constitucional», manifestó Ochoa en su misiva, evidenciando la fractura en la cúpula del organismo responsable de organizar los próximos comicios.
El consejero enfatizó que el mandato constitucional es claro y no admite interpretaciones: garantizar elecciones limpias, libres, democráticas y transparentes. «Ninguna opinión individual puede debilitar el compromiso colectivo para garantizar esto ni sembrar dudas sobre el proceso electoral», señaló de manera tajante, en lo que constituye un llamado de atención público a la máxima autoridad del CNE.
En un tono que combina firmeza institucional con urgencia operativa, Ochoa exhortó directamente a López a «reflexionar y rectificar» sus declaraciones, argumentando que «en este momento debemos transmitir a la ciudadanía certeza y confianza, no sembrar dudas». Además, reveló que ya ha solicitado por escrito la convocatoria a una sesión urgente del pleno para iniciar la discusión sobre el presupuesto electoral y remitirlo sin dilación al Congreso Nacional.
La confrontación entre los dos altos funcionarios electorales se produce en un contexto de creciente tensión política, con acusaciones cruzadas entre el partido oficialista Libertad y Refundación (Libre) y la oposición sobre presuntas intenciones de manipular o entorpecer el proceso electoral. Este enfrentamiento público en el seno del CNE no hace sino incrementar la incertidumbre ciudadana sobre la capacidad institucional para organizar unos comicios que se perfilan como cruciales para la democracia hondureña.
Finalmente, Ochoa dirigió un mensaje directo a la población: «En noviembre tendremos elecciones limpias, libres, justas y respetuosas de la voluntad popular», en lo que parece un intento por contrarrestar la oleada de dudas generada tras las declaraciones de López y reafirmar el compromiso institucional con el calendario electoral establecido.
