Tegucigalpa – El comisionado de la Comisión Reguladora de Energía Eléctrica (CREE), Wilfredo Flores, defendió este fin de semana la decisión de proceder con la licitación de 1,500 megavatios de capacidad eléctrica en el actual período gubernamental, rechazando las críticas de analistas energéticos que han sugerido postergar el proceso hasta que la próxima administración asuma el poder.
Flores argumentó que la urgencia del proyecto está justificada por la creciente presión sobre el sistema eléctrico nacional, revelando que durante la temporada de verano la demanda energética alcanzó picos de 1,900 megavatios por hora, obligando a la entidad reguladora a recurrir a inversiones no planificadas en combustible diésel para evitar interrupciones del servicio.
La defensa del funcionario surge en medio de crecientes especulaciones en diversos sectores sobre la eventual adjudicación del contrato a una empresa china, en un contexto donde la participación de compañías asiáticas en proyectos de infraestructura energética ha generado debate político y técnico en el país centroamericano.
«La inversión servirá para mitigar el crecimiento de demanda en los próximos 10 años», explicó Flores, enfatizando que los 1,500 megavatios adicionales representan una solución estructural para «cerrar la brecha histórica de capacidad con potencia de energía» que ha caracterizado al sistema eléctrico hondureño.
El comisionado reveló detalles operativos que evidencian la presión actual sobre la red eléctrica, confirmando que durante los meses de mayor consumo energético, la CREE tuvo que implementar medidas extraordinarias de suministro mediante generación térmica con diésel, una alternativa más costosa pero necesaria para mantener la estabilidad del servicio. «No ha habido apagones», subrayó Flores, presentando esta continuidad como evidencia de la gestión exitosa de la crisis energética.
Sin embargo, la controversia se centra en el timing del proceso licitatorio, con expertos del sector energético argumentando que una decisión de tal magnitud debería corresponder a la próxima administración, que asumirá funciones en enero de 2026. Esta posición ha generado una respuesta contundente del funcionario, quien calificó como «una irresponsabilidad» las declaraciones de estos analistas.
«Es una irresponsabilidad las declaraciones de estos expertos de la opinión pública alegando que se requiere esa potencia de energía», expresó Flores, invirtiendo el argumento de los críticos al sugerir que quienes cuestionan el timing reconocen implícitamente la necesidad del proyecto, pero proponen un retraso que podría agravar la situación energética nacional.
La licitación de 1,500 megavatios representa una de las expansiones más significativas de la capacidad eléctrica hondureña en años recientes, con implicaciones que trascienden el ámbito técnico para incidir en la planificación energética de largo plazo.
Las especulaciones sobre la eventual participación de empresas chinas reflejan las tendencias regionales de inversión en infraestructura energética, donde compañías asiáticas han incrementado su presencia en proyectos de generación eléctrica en Centroamérica.