La batalla por la credibilidad se intensifica en Twitter, propiedad de Elon Musk, quien ha abierto la red social a todo tipo de voces, incluyendo escépticos del cambio climático y extremistas políticos.
Twitter ha estado proponiendo una “marca de autenticidad” durante meses, a un costo de alrededor de diez dólares al mes, para aquellos que deseen tener una mayor visibilidad en la plataforma.
Sin embargo, tener esta marca azul no garantiza la credibilidad de una cuenta.
Según Tristan Mendès France, especialista en extremismo en línea, las principales fuentes de desinformación en Twitter son impulsadas por cuentas que tienen esta marca y se benefician de los algoritmos de la plataforma.
La batalla por la credibilidad se vuelve aún más complicada con la entrada en escena de Threads, el rival de Twitter, un proyecto de Meta, la empresa de Mark Zuckerberg. Threads tiene una interfaz similar a Twitter y ha ganado hasta 100 millones de usuarios en menos de una semana, según observadores.
Twitter afirma tener alrededor de 500 millones de usuarios activos.
El año pasado, Musk emprendió una cruzada en favor de la libertad de expresión después de adquirir Twitter. En colaboración con un equipo de periodistas independientes, expuso los vínculos entre Twitter y las autoridades estadounidenses para combatir la desinformación.
Sin embargo, según estas revelaciones, esta colaboración fue más allá de prevenir rumores infundados, adentrándose en terrenos políticos.
En respuesta, Twitter ahora permite todo tipo de cuentas, incluso aquellas que promueven información falsa, como una invitación a ciudadanos del Magreb y Oriente Medio para participar en la “contraofensiva ucraniana” a cambio de acceso a nacionalidades de países occidentales.
Esta información falsa fue compartida miles de veces desde cuentas verificadas.
La marca azul de Twitter solía ser un símbolo de autoridad y autenticidad, pero ahora se ha asociado con la promoción del odio y las teorías de conspiración, según Imran Ahmed, director general del Center for Countering Digital Hate.
Empresas como Newsguard, que evalúan la credibilidad de los sitios web, advierten que se está dando legitimidad a “transmisores de información tóxica”.
Con la llegada de Threads, es difícil predecir lo que sucederá, pero existe el riesgo de que fuentes confiables abandonen la plataforma de Twitter, advierte Chine Labbé, vicepresidenta de Newsguard.
Sin embargo, la situación en Twitter y las redes sociales en general se asemeja más al caos informativo, según otras fuentes.
Expertos como el danés Bjorn Lomborg y el estadounidense Michael Shellenberger han denunciado mensajes censurados en el pasado por Twitter y Facebook.
La credibilidad de Zuckerberg, impulsor de Threads, también está en entredicho debido al mal uso de datos personales de millones de usuarios en Facebook durante años.