Tegucigalpa – El panorama del transporte público en Honduras durante 2024 refleja una crisis de seguridad sin precedentes. Wilmer Cálix, líder del sector transporte, reveló que aunque se logró reducir la extorsión en algunas ciudades, el fenómeno criminal se ha expandido a nuevas zonas que anteriormente no sufrían este flagelo.
La evolución de los métodos criminales ha tomado un giro tecnológico preocupante. Las estructuras delictivas han adoptado sistemas de cobro electrónico para la extorsión, operando millones de lempiras sin regulaciones efectivas. Cálix denunció casos particularmente alarmantes donde se mantienen activas cuentas de monederos electrónicos pertenecientes a personas fallecidas.
Jorge Lanza, otro dirigente del sector, añadió que la situación de inseguridad se manifiesta en aproximadamente 15 asaltos diarios a usuarios del transporte público. A pesar de la implementación del plan «Navidad Segura» y el Estado de Excepción, que han incrementado la presencia policial en las unidades de Tegucigalpa y San Pedro Sula, los índices de criminalidad continúan siendo alarmantes.
Aunque las autoridades han reforzado la seguridad durante la temporada navideña, los líderes del sector expresan preocupación por lo que podría suceder después de este período, cuando disminuya la vigilancia. La crisis de seguridad en el transporte público hondureño evidencia la necesidad urgente de estrategias más efectivas para proteger tanto a los operarios como a los usuarios del servicio.