Tegucigalpa – El sector agrícola en Honduras desempeña un papel fundamental en la economía y el bienestar de gran parte de la población.
Sin embargo, en los últimos años, ha enfrentado una serie de desafíos que han obstaculizado su crecimiento sostenible y desarrollo.
Los actores del agro han identificado varios problemas recurrentes que deben abordarse para mejorar la eficiencia y productividad de este importante sector.
Uno de los desafíos más destacados es la falta de tecnificación agrícola. Los productores señalan que el uso limitado de tecnología moderna y prácticas agrícolas obsoletas afecta la capacidad del sector para ser más eficiente y competitivo.
Además, el acceso al crédito con tasas favorables es otro problema recurrente que afecta a muchos productores, manteniéndolos en la central de riesgo y limitando su capacidad para acceder a nuevos préstamos.
La escasez de acceso a maquinaria avanzada, semillas mejoradas, fertilizantes y sistemas de riego también dificulta el progreso del sector agrícola.
Además, la falta de inversión en infraestructura agrícola y rural, como carreteras y almacenamiento adecuado, obstaculiza la comercialización eficiente de los productos agrícolas.
Otro desafío importante es la inseguridad y los conflictos violentos en zonas rurales. La presencia de grupos delictivos y la falta de seguridad afectan la capacidad de los agricultores para trabajar y cultivar la tierra, generando incertidumbre en el sector.
La escasa diversificación de cultivos y la dependencia excesiva de algunos cultivos tradicionales también representan un desafío. Esta falta de diversificación dificulta la adaptación al cambio climático y limita las oportunidades en los mercados internacionales.
El cambio climático y la vulnerabilidad ambiental son desafíos adicionales para el sector agrícola. Honduras es especialmente vulnerable a los efectos de fenómenos climáticos extremos como sequías, inundaciones y tormentas, lo que provoca pérdidas millonarias cada año y aumenta la inseguridad alimentaria.
Para abordar estos problemas, es esencial un enfoque integral y la voluntad política de todas las partes involucradas.
El gobierno central y los gobiernos locales deben trabajar en conjunto con los actores del agro para implementar políticas y programas que fortalezcan el sector agrícola y lo hagan más resistente a los desafíos que enfrenta.
Si se superan estos desafíos, Honduras puede aprovechar mejor la vocación agrícola del país para contribuir al crecimiento económico, reducir la pobreza en áreas rurales, garantizar la seguridad alimentaria y frenar la migración.
Es crucial que se realicen esfuerzos coordinados y sostenidos para impulsar el desarrollo sostenible del sector agrícola y mejorar la calidad de vida de quienes dependen de él.
