Tegucigalpa. – Una sospechosa alerta al sistema de emergencias 911 derivó en la muerte de dos jóvenes policías hondureños, quienes tras atender la denuncia, llegaron a la zona 8 de la colonia Cerro Grande, donde nunca les pasó por la cabeza que serían emboscados por delincuentes.
Los ahora occisos respondían al nombre de Kenneth Ricardo Flores Alvarado de 26 años y Carlos Alfredo López Mendoza de 28.
Los reportes preliminares indican que ellos recibieron una denuncia sobre escándalo en la vía pública de la colonia Cerro Grande, carretera que conduce a Olancho, pero al llegar al sector no encontraron ninguna novedad por lo que dispusieron regresar en la patrulla a su posta policial.
Sin embargo, cuando ya salían por la calle principal de la colonia, sujetos desconocidos les habrían pedido que pararan el vehículo.
Ante esa situación, los oficiales cuestionaron su presencia a horas tan altas de la noche, por lo cual uno de los individuos les pidió una llamada para corroborarle que él también era agente policial.
No obstante, la justificación sería sólo un distractor para asesinar sin piedad a ambos jóvenes, que perdieron la vida de forma inmediata mientras sus victimarios huyeron con rumbo desconocido.
Las autoridades policiales llegaron a la escena del crimen para acordonarla e iniciar un riguroso operativo en la zona, que hasta los momentos no ha tenido ningún éxito.
La noticia generó conmoción entre sus compañeros, quienes los consideraban buenos elementos que estaban totalmente comprometidos con la misión de “Servir y Proteger”.