El gobierno de Xiomara Castro enfrenta la crisis de corrupción más grave de su administración tras la exposición de un esquema sistemático que utilizó al menos 2.8 millones de lempiras de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) para financiar estructuras electorales del Partido LIBRE, contradiciendo frontalmente el discurso anticorrupción que sustentó la llegada al poder de la primera presidenta hondureña.