La democracia hondureña enfrenta su momento más crítico en años, con múltiples crisis convergiendo simultáneamente para amenazar la viabilidad de las elecciones generales de noviembre. Lo que comenzó como disputas internas en el Consejo Nacional Electoral (CNE) ha evolucionado hacia una crisis sistémica que involucra sabotaje institucional, violencia política y el colapso progresivo del cronograma electoral más importante del país.