Por:María Fernanda Vizan
Jefa de la sección Consular de la Embajada de Argentina
Argentina. – La presencia ininterrumpida argentina es una política de Estado en defensa de la soberanía, la biodiversidad y los recursos estratégicos del Atlántico Sur.
Todos los 22 de febrero la República Argentina conmemora el Día de la Antártida Argentina y este 118° no ha sido la excepción. El país reivindica soberanía sobre el denominado “Sector Antártico Argentino” (SAA), superficie de aproximadamente 1.461.597 km², de los cuales 965.314 km² corresponden a tierra firme.
El SAA no sólo forma parte del territorio de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur (Ley 23.775), sino que también está sujeto al régimen del Tratado Antártico, firmado en 1959. En aquel momento, siete de los doce signatarios originarios del Tratado, incluida la Argentina, sostenían reclamos de soberanía en distintos sectores de la Antártida.
Dentro del SAA, nuestro país administra trece bases o estaciones, de las cuales seis son permanentes, es decir estar operativas todo el año, mientras el resto, las temporarias sólo funcionan en verano. De ellas, dos son administradas directamente por la Cancillería Argentina la Base Carlini y la Base Brown (temporaria). La Carlini es la principal base científica permanente y fue denominada así en homenaje al doctor Alejandro Ricardo Carlini, reconocido científico del Instituto Antártico Argentino (IAA).
Las demás bases son administradas por el Comando Conjunto Antártico (Ministerio de Defensa): la Orcadas es la primera base antártica argentina y constituye la presencia humana de carácter estable más antigua del continente. La Base Marambio es la principal puerta de entrada de la logística argentina en la Antártida y desde ella se despliega el mayor número de campamentos científicos durante la Campaña Antártica de Verano; la Base Esperanza es protagonista de importantes investigaciones e hitos de la historia antártica argentina. La Base San Martín fue inaugurada el 21 de marzo de 1951 como Base de Ejército General San Martín, en honor del gran héroe de la independencia siendo en ese momento la base más austral del mundo y la Base Belgrano II que es la más austral de las bases argentinas y la tercera de las permanentes a nivel mundial. De las bases temporarias están Melchior, Decepción, Cámara, Primavera, Petrel y Matienzo.
A su vez, Argentina cuenta con Laboratorios Antárticos Multidisciplinarios (LAMs), ubicados en las seis bases permanentes y con el objeto de asegurar la continuidad operativa de los mismos, la Dirección Nacional del Antártico-IAA abre anualmente una convocatoria para reclutar personal idóneo, quienes luego de aprobar rigurosos exámenes técnicos y psicofísicos, son contratados por un lapso de 16 meses, el cual incluye una permanencia en la Antártida de aproximadamente 13 meses.
Por otro lado, la Argentina cuenta con Campamentos ocupados por grupos de investigación del Instituto Antártico Argentino que durante los meses de verano (Diciembre a Marzo) suelen desarrollar actividades en sitios que están relativamente distantes de las bases antárticas.
Finalmente, el éxito de las operaciones antárticas del Programa Antártico Argentino depende en gran medida de su logística, en especial por los medios de transporte, los cuales deben llevar adelante tareas en un medio hostil, sujetos a múltiples restricciones, y que requieren de personal muy bien formado para conducirlos. Para el desarrollo de sus actividades antárticas, la Argentina cuenta actualmente con una importante flota marítima y aérea.
De esta manera, Argentina da muestras de la importancia que representa la Antártida no sólo para el país sino también para la región y ejemplo de ello es la creación de la Secretaría del Tratado Antártico en el año 2004, por decisión unánime de los 50 Estados integrantes, tomando a la Ciudad de Buenos Aires como Sede permanente. Los títulos de soberanía argentina en la Antártida pueden localizarse tanto en la continuidad geográfica como en las actividades científicas desarrolladas en cada Base y en cada Campamento, sin por ello dejar de destacar la alta calidad de los recursos humanos.
