Tegucigalpa – En medio de crecientes cuestionamientos sobre los vínculos entre política y narcotráfico en Honduras, el diputado Sergio Castellanos ha generado controversia al defender la reunión que sostuvo Carlos Zelaya, cuñado de la presidenta Xiomara Castro, con miembros de Los Cachiros en noviembre de 2013, apenas dos meses después de que esta organización fuera oficialmente designada como criminal por Estados Unidos.
En declaraciones a Radio América, Castellanos argumentó que la reunión, donde presuntamente se pactó financiamiento para la primera campaña electoral de Libre, se realizó con «empresarios de la palma» que en ese momento no eran reconocidos públicamente como narcotraficantes en Honduras.
Sin embargo, esta afirmación contrasta con la designación oficial de Los Cachiros como organización criminal por parte de EE.UU. en septiembre del mismo año.
El legislador por Santa Bárbara intentó minimizar la gravedad del encuentro, señalando que no existen requerimientos judiciales ni órdenes de extradición contra el hermano del expresidente Manuel Zelaya Rosales.
Además, enfatizó que no hay evidencia videográfica de Carlos Zelaya recibiendo dinero de grupos criminales.
En un giro polémico, Castellanos extendió señalamientos hacia otros actores políticos, sugiriendo que «todos aquellos» que se fotografiaron o apoyaron al expresidente Juan Orlando Hernández «también son corruptos».
Concluyó sus declaraciones recordando que el actual Fiscal General tiene la autoridad para proceder con los requerimientos fiscales necesarios, afirmando que «el que la debe la tiene que pagar».
La defensa de Castellanos ha intensificado el debate sobre la infiltración del narcotráfico en la política hondureña, especialmente considerando el momento histórico en que se produjo la reunión en cuestión.