Tegucigalpa – El economista hondureño Wilfredo Díaz lanzó una advertencia sobre la continua depreciación del lempira, que este miércoles cotizó a 26.0520 unidades por dólar, superando una barrera psicológica importante y manteniendo una tendencia que requiere atención técnica rigurosa por parte de las autoridades económicas.
«Esta situación debe ser analizada con rigurosidad y coherencia desde la política económica y comunicacional del país», expresó Díaz, quien señaló que aunque la depreciación puede explicarse por condiciones tanto internas como externas, debe abordarse «con consistencia y responsabilidad técnica».
El especialista explicó que el tipo de cambio nominal constituye un «macro precio» que responde a la dinámica de oferta y demanda de divisas, así como a factores fundamentales como las tasas de interés y el arbitraje financiero internacional.
Díaz alertó sobre las implicaciones inflacionarias de la depreciación cambiaria, mencionando el mecanismo económico conocido como «passthrough». «Una depreciación de 5% puede traducirse en un aumento de entre 1% y 1.25% en la inflación», precisó, subrayando que la magnitud de la devaluación mantiene una relación directa con el impacto sobre el poder adquisitivo de la población.
Sin embargo, el aspecto más crítico de su análisis se dirigió hacia la consistencia de las autoridades en el manejo de la comunicación económica. «Lo malo es ser inconsistente intertemporalmente. No se puede decir que una depreciación hoy es normal, pero las del pasado eran lo peor que podía pasar», expresó con contundencia.
El economista instó a las autoridades a mantener una narrativa técnica y honesta que no varíe según conveniencias políticas del momento. «Para generar credibilidad hay que ser consistente, tanto cuando va bien como cuando va mal», concluyó, en un llamado directo a la coherencia en la política económica gubernamental.
Las declaraciones de Díaz llegan en un contexto donde el lempira enfrenta presiones cambiarias significativas, situación que ha generado preocupación entre diversos sectores económicos del país. El tipo de cambio actual representa un desafío para la estabilidad de precios y las expectativas económicas de los hondureños.
La crítica del economista apunta a un problema recurrente en Honduras: la tendencia de las administraciones gubernamentales a evaluar los mismos fenómenos económicos de manera diferente según su conveniencia política, lo que socava la credibilidad de las políticas públicas y genera incertidumbre en los mercados.
El llamado de Díaz se suma a las voces de otros especialistas que han venido exigiendo mayor transparencia y fundamento técnico en la política cambiaria del país, priorizando la estabilidad macroeconómica por encima de consideraciones de corto plazo.