Tegucigalpa – La más reciente encuesta del Barómetro de las Américas ha revelado un panorama preocupante para Honduras en términos de percepción democrática y desafíos socioeconómicos. Según el estudio, un alarmante 42% de los hondureños siente que la democracia en su país está en peligro, colocando a Honduras solo por encima de Surinam y Guatemala en este indicador.
El concepto de democracia en la encuesta no se limita simplemente a los procesos electorales, sino que abarca una perspectiva más amplia que incluye la confianza en las instituciones, los resultados de las políticas públicas y el desempeño del gobierno en general.
Una tendencia preocupante evidenciada en la encuesta es la alta proporción de hondureños que ven la migración como la válvula de escape frente a los problemas políticos, económicos, la violencia y los desastres naturales. Casi el 40% de los encuestados expresó el deseo de emigrar, señalando la magnitud de las preocupaciones y desafíos que enfrenta la población.
Otro aspecto crítico resalta la desconfianza en los procesos electorales, a pesar de que el país aún no ha entrado en el ciclo electoral. Honduras figura entre los 7 países con menos confianza en los procesos electorales, lo que sugiere una percepción generalizada de falta de transparencia y credibilidad en el sistema electoral.
La corrupción sigue siendo un problema central y un desafío significativo para el Estado hondureño, con un destacado 5% de la población reportando haber sido víctima de soborno. Este dato refleja la persistencia de prácticas corruptas que afectan directamente a la ciudadanía.
En cuanto a la situación económica, Honduras se encuentra entre los 6 primeros países de la región donde la percepción general es que ha empeorado en los últimos 12 meses. Este indicador subraya las dificultades económicas que enfrenta la población hondureña, generando inquietudes sobre el bienestar financiero.
No obstante, hay un punto positivo en la encuesta, ya que Honduras figura entre las 5 naciones con menos victimización por crimen en la región, junto con Costa Rica y El Salvador. A pesar de los retos en otros ámbitos, los resultados sobre la criminalidad sugieren un cierto nivel de estabilidad en este aspecto específico.