Distintos estudios afirman que si bien pueden ayudar a desarrollar habilidades cognitivas, como la resolución de problemas y toma de decisiones, los videojuegos también tienen efectos negativos como la adicción al juego, el sedentarismo y la exposición a posibles contenidos inapropiados.
Por Infobae
Los niños y niñas gamers comenzaron a aparecer en el mundo de los videojuegos a medida que estos últimos se fueron popularizando y se volvieron más accesibles en los hogares.
Los primeros videojuegos comerciales surgieron en la década de 1970, pero en ese momento el acceso estaba limitado principalmente a lugares públicos como las máquinas arcades en los salones recreativos (fichines).
Con el avance de la tecnología y la introducción de consolas de videojuegos para uso doméstico, como la Atari 2600 en 1977 y la Nintendo en 1983, los videojuegos se convirtieron en una forma de entretenimiento más accesible para los niños y niñas en sus propias casas. Con el paso de los años, los avances tecnológicos y la popularización de los juegos en línea, los jugadores han ido aumentando en número y diversidad.
La industria de los videojuegos
Hoy los niños y niñas gamers son una parte importante de la industria de los videojuegos, participando en comunidades en línea, asistiendo a eventos y competencias. Algunos se profesionalizan desde muy pequeños y comienzan a llevar adelante un trabajo. La presencia de niños gamers continúa evolucionando a medida que los videojuegos se vuelven más populares y accesibles en diferentes plataformas y dispositivos.
La mayoría de los gamers dedican una cantidad significativa de su tiempo para conocer, jugar y explorar diferentes tipos de juegos, como aventuras, deportes, estrategia, entre otros. Las preferencias varían según sus edades, habilidades y gustos personales.
Los estudios realizados con respecto a la presencia de los niños y niñas en los videojuegos afirman que pueden ayudar a desarrollar diversas habilidades cognitivas como la resolución de problemas, toma de decisiones, coordinación mano-ojo y capacidad de concentración. También que los juegos en línea pueden fomentar habilidades sociales, como la comunicación, la cooperación y el trabajo en equipo.
Sin embargo, pueden estar expuestos a posibles efectos negativos, como el sedentarismo, la adicción al juego y la exposición a contenido o mensajes inapropiados de adultos y diferentes formas de ciberacoso.
Los niños y niñas cuentan en el consultorio muchos avatares que les suceden dentro del mundo gamer, desde pasarla bien y encontrar nuevos amigos en línea a sentirse asustados o amenazados por alguien mayor o con más poder.
Los efectos negativos
Conversé con Matías un joven gamer de 26 años que comenzó su incursión desde muy pequeño en los videojuegos y a jugar online a partir de los 11 años. Le pregunté acerca de los beneficios y efectos negativos según sus 18 años de experiencia. “Una de las cosas que puede pasar, de la que yo a veces me rescato, es que entre nosotros nos gritamos e insultamos mucho, es parte de la competencia. Al estar jugando no ves a quién le estás gritando y a veces pienso que puede ser un pibito o una pibita y me preocupa que le haga mal”, contó Matías.
Algunos estudios han investigado la relación en línea entre niños y adultos gamers. Si bien se ha resaltado lo positivo de la conexión intergeneracional, el apoyo como mentores o guías en consejos y estrategias, también son tomados como modelos de comportamiento. Por ello se resalta la importancia en todas las comunicaciones científicas de fomentar el juego responsable y respetuoso, tanto como la amabilidad, la cooperación y el fair play.
Sin embargo, los niños y niñas gamers pueden estar expuestos a contenido inapropiado como afirmó Matías acerca del lenguaje ofensivo.
Pero también a contenido violento o inapropiado cuando interactúan con adultos en línea. Esto puede tener un impacto negativo en su bienestar emocional y su desarrollo, muchos tienen miedo, se sienten cohibidos o simplemente dejan de jugar para no enfrentarse al destrato. La interacción en línea con adultos desconocidos puede exponer a los niños y niñas a riesgos de seguridad, como el acoso, el grooming (proceso de manipulación y abuso sexual) o el robo de información personal.
Algunos estudios muestran que la relación entre niños y adultos gamers, al tener estos últimos más experiencia y habilidades en el juego, puede llevar a que los niños se sientan inferiores o menos competentes y con ello afectar negativamente su autoestima y confianza.
Continúe leyendo aquí