Tocoa, Colón — La comunidad de Tocoa se vistió de luto este lunes para despedir al reconocido ambientalista y regidor municipal Juan López, de 46 años, quien fue asesinado a tiros el pasado sábado en su ciudad natal. Familiares, amigos y compañeros de lucha se congregaron para rendirle un emotivo homenaje y reclamar justicia por su muerte.
Durante el sepelio, decenas de personas, incluyendo miembros del Comité Municipal de Defensa de los Bienes Comunes y Públicos de Tocoa (CMDBCP), acompañaron el cortejo fúnebre. Los asistentes portaban pancartas con mensajes que reflejaban su indignación y dolor, destacando la necesidad de protección para los defensores del medio ambiente.
«¡Justicia para Juan, cárcel para los responsables!», coreaban quienes acompañaban el féretro por las calles de Tocoa. La conmoción en la comunidad es palpable, especialmente por la violencia con la que se perpetró el crimen y pese a que López contaba con medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Juan López era conocido por su activa participación en la defensa del río Guapinol y su oposición al proyecto minero desarrollado por la empresa Los Pinares en el departamento de Colón. Junto a otros activistas, advertía sobre el impacto irreversible que dichas operaciones podrían tener en el Parque Nacional Carlos Escaleras.
Melvin Espino, hermano del fallecido, expresó su preocupación por la falta de seguridad para su familia tras el asesinato. «Nos sentimos desprotegidos», manifestó, señalando que las autoridades aún no han brindado el apoyo necesario en estos momentos difíciles.
En respuesta al crimen, la Policía Nacional de Honduras ha ofrecido una recompensa de 500,000 lempiras (aproximadamente 20,172 dólares) a quien proporcione información que permita identificar y capturar a los responsables.
Eduardo Turcios, director de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), informó que un equipo especializado está trabajando en el caso y reconoció que los perpetradores podrían ser individuos con experiencia en actividades delictivas, lo que representa un desafío adicional para la investigación.
La Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) también se pronunció, condenando enérgicamente el asesinato de López y calificándolo como un duro golpe para su familia, la iglesia y la sociedad en general, especialmente en el contexto de la lucha por la justicia ambiental.
Organizaciones defensoras de derechos humanos y ambientales han reiterado la urgencia de garantizar la seguridad de los activistas en el país. Este incidente vuelve a poner en evidencia los riesgos que enfrentan quienes defienden el medio ambiente y los recursos naturales en Honduras.
La comunidad de Tocoa y diversas entidades nacionales e internacionales claman por una investigación exhaustiva que lleve a la justicia a los responsables y que se implementen medidas efectivas para proteger a los defensores del medio ambiente, evitando que tragedias como esta se repitan.
