El Barcelona ha perdido por 4-3 contra el Inter en la prórroga este martes en el Giuseppe Meazza en la vuelta de semifinales de la Champions League.
Por El País
En la primera mitad, el Barcelona comenzó el partido con la pelota en su dominio, pero rápidamente el Inter empezó a robarle la posesión a los azulgrana. Y en el minuto 21, Lautaro adelantó a los italianos. Dimarco filtró un pase entre líneas que dejó solo a Thuram ante Szczesny y este le dio la asistencia al argentino para que marcara a placer. El Barcelona poco después tuvo una ocasión muy clara de Olmo, pero consiguió sacar el balón la defensa italiana. Poco antes del descanso el VAR llamó al árbitro para revisar un derribo de Cubarsí sobre Lautaro.
El colegiado acabó pitándolo y Calhanoglu marcó el 2-0. En la segunda parte, el guion cambió y el Barcelona salió a morder. Pese a no tener ocasiones clarísimas, apareció Eric García en el minuto 53 para recortar distancias tras cazar al segundo palo un balón de Gerard Martín. El propio García tuvo una oportunidad muy buena poco después, pero Sommer le hizo un paradón. Ya en el 60, Dani Olmo puso el 2-2 con un remate de cabeza tras un centro de nuevo de Martín. Insistió el equipo de Flick con un acoso y derribo sobre la portería de Sommer y, en el 87, Raphinha remontó el encuentro. Pero en el 93, apareció Acerbi para igualar de nuevo la eliminatoria y forzar la prórroga, en la que Frattesi, con mucha calma dentro del área, remontó la eliminatoria con un disparo al segundo palo para darle el pase a la final al Inter.
“Estoy decepcionado”, se arrancó Hansi Flick, tras el espectacular partido frente al Inter, cruel para la parroquia azulgrana en Milán. “Pero”, aclaró el técnico; “no con los jugadores y su actuación. Lo intentaron todo y es como es. Algunas decisiones del árbitro no fueron a nuestro favor, pero tenemos que aceptarlo”. “Todos sabemos lo que pasó la última vez que jugamos aquí”, se sumó Eric García, en referencia a la semifinal frente al Inter de Mourinho en 2010. Flick, en cambio, quería poner otro tema en el escaparate: “No sería justo con mi equipo hablar del árbitro. Aprenderemos. Es una progresión. Queremos seguir aprendiendo. La temporada que viene estaremos de vuelta”. Estará, por supuesto, Lamine.
El Inter, un equipo más despiadado que sensible, acabó cruelmente con la excitante aventura europea del Barça en Milán, a las puertas de Múnich, el escenario de la final del día 31. La apasionante trayectoria azulgrana, por inesperada y divertida, protagonizada por un equipo mayormente juvenil y desacomplejado, quedó cortada de cuajo por un equipo italiano tan adulto como maquiavélico, alejado de los focos mediáticos y refugiado en el estadio Giuseppe Meazza. Los nerazzurri son, a fin de cuentas, el antídoto del Barcelona.