Cientos de británicos se levantaron de madrugada este lunes para asistir al funeral de la reina Isabel II, “un pedazo de Historia”, y buscar los mejores sitios para ver el paso del féretro por el centro de Londres.
A pesar de la fría temperatura matinal en la capital británica, el público ya abarrotaba desde antes de las 07H00 (06H00 GMT) los alrededores del Palacio de Buckingham y de la Abadía de Westminster, donde tendrá lugar la ceremonia religiosa a partir de las 11H00.
“Quería formar parte [del evento]. Es un gran día de nuestra Historia, esto forma parte de nuestra vida”, explica a la AFP Susan Davies, de 53 años, que llegó a las 06H30 a Hyde Park Corner, desde Essex, al este de Londres, con su marido y sus dos hijos adolescentes.
La mujer, equipada de una silla y “mucha comida”, espera poder ver el ataúd de la reina que, desde este lugar cercano al Palacio de Buckingham, será transportado en coche fúnebre a su última morada, el Castillo de Windsor.
“Yo quiero formar parte de la Historia”, abunda Jack, su hijo de 14 años, que prevé explicar el evento a las futuras generaciones. “Hablaré de este momento a mis hijos. Les diré: ¡Allí estuve!”.
Un poco más allá, Calon Thompson, un estudiante de cine de 20 y residente en Bedford (norte de Londres), espera mirar el funeral en directo con su celular, ya que quería ver pasar “el féretro y la familia real”. Llegó a las 06H00 de la mañana.
“Queríamos estar en primera fila. Pensábamos que estaríamos en medio de la multitud, pero estamos aquí, en el mejor sitio, con la mejor vista. ¡Fantástico!”, aseguró, describiendo una atmósfera “bastante excitante, pero también triste”.
Sacos de dormir y café
Los primeros metros que llegan desde las estaciones más próximas están abarrotados. Algunas personas pasaron la noche. Muchos sacos de dormir yacen por tierra en Whitehall, arteria del centro de Londres que acoge normalmente ministros y altos funcionarios.
Bethany Beardmore, contable de 26 años, llegó a las 21H00 del domingo por la noche para no perderse “un pedazo de Historia”. “Hacía frío, no hemos dormido”, pero “había muy buen ambiente”, “todo el mundo charlaba”, explica el hombre, que aguantó gracias al azúcar y la cafeína.
Jóvenes y mayores se arman de paciencia. Los mejor preparados desayunan y toman café. Los mejores sitios ya están ocupados para ver pasar el cortejo fúnebre que no saldrá de la Abadía de Westminster antes del mediodía.
AFP