Roma. – El papa Francisco expresó su cercanía con el pueblo de Nicaragua durante su tradicional oración dominical, después de un ataque a la catedral en la capital, Managua,
«Estoy pensando en el pueblo de Nicaragua que sufre el ataque a la Catedral de Managua, donde la imagen (un antiguo crucifijo) tan venerada, una imagen de Cristo que ha acompañado y sostenido la vida de los fieles durante siglos, ha sido muy dañada, casi destruida. Queridos hermanos nicaragüenses, estoy cerca de ustedes y rezo por ustedes», dijo Francisco, hablando desde la ventana de su estudio con vista a la Plaza de San Pedro.
El pontífice también pidió a los políticos que creen empleos para que las economías puedan reactivarse después de los cierres impuestos para combatir la pandemia de coronavirus.
«Espero que con los esfuerzos convergentes de todos los líderes políticos y económicos, las personas puedan regresar al trabajo. Sin trabajo, las familias y la sociedad no pueden avanzar. Oramos por esto porque la pobreza y la falta de trabajo son y serán un problema de la post pandémica, y se necesita mucha solidaridad y creatividad para resolver este problema», dijo el pontífice.
En Managua, la policía emitió un nuevo comunicado el sábado por la tarde luego de interrogar por más de seis horas a dos testigos del ataque, una mujer de 57 años y un hombre, según informa el diario La Prensa. Según las autoridades, el incendio en la capilla de la Sangre ocurrió a causa de una veladora, pero esa versión ha sido desmentida varias veces por el cardenal Leopoldo Brenes.
La testigo, Xiomara de Jesús Castro, que apoyaba en la limpieza del templo, afirma que en la capilla no había veladoras, y la versión policial del viernes por la noche, cuando emitió un comunicado sobre el tema horas después de lo que los representantes de la Iglesia dicen es un ataque con una bomba molotov, tampoco mencionaba la veladora.
El cardenal Brenes ha dicho que en la capilla no había veladoras ni cortinas. El prelado ha calificado el hecho como «un acto terrorista, un acto de amedrentar a la iglesia en su misión evangelizadora.