Una de las tres versiones que circularon sobre la muerte de Édgar Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán y Griselda López Pérez, señaló a Gonzalo Inzunza o Bernabé León Andrade, alias el Macho Prieto, jefe de sicarios al servicio de Ismael El Mayo Zambada, como uno de los responsables del asesinato por una supuesta confusión.
Por infobae.com
Antes del trágico suceso, que supuso un cisma emocional para todos los miembros del Cártel de Sinaloa, Inzunza era considerado como uno de los hombres más fieles de Ismael El Mayo Zambada, el compadre del Chapo que nunca ha pisado una cárcel y por el que la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) ofrece hasta USD 15 millones.
Antes de que el destino lo llevara de la mano al mundo del narcotráfico, Inzunza nació en Culiacán un 17 de agosto de 1971. Se sabe que creció en la colonia Morelos, y que ya de adolescente su padre murió y le dejó como herencia un Grand Marquis y una pistola tipo escuadra.
Entonces se fue a vivir a Sonora, donde dio sus primeros pasos en el narcotráfico. Sin embargo, de acuerdo con el semanario Río Doce, esta incursión en el mundo de la venta de drogas le trajo problemas con un narcotraficante sonorense identificado como Jesús René Delgadillo Meza.
Las tensiones entre ambos escalaron a tal grado que Inzunza llegó acusar a Delgadillo Meza de haberle robado una tonelada de marihuana y un millón y medio de pesos. Supuestamente, el sonorense se fue a Culiacán, y en 2001 sicarios al mando de Inzunza lo intentaron ejecutar en medio de una fiesta infantil, pero Meza logró escapar.
Presuntamente fue a raíz de ese conflicto que el nombre de Gonzalo Inzunza empezó a resonar en las altas esferas del Cártel de Sinaloa, llamando particularmente la atención del Mayo Zambada, quien concertó una reunión para ofrecerle trabajo en la organización. “Trabajó para él muchos años, pero siempre con autonomía que le permitía traficar drogas por su cuenta. El Mayo le decía el Apache, por la forma en que usaba el cabello”, reseñó Río Doce.
El Macho Prieto llegó a diversificar sus actividades ilícitas más allá de la venta de drogas, pues también se dedicó al robo de autos y de casa habitación. En Culiacán lo recuerdan rodeado de camionetas Suburban, con sujetos a bordo armados hasta los dientes, y siempre portando chalecos antibalas y placas policiales. Es altamente probable que Inzunza se hiciera de conexiones en diferentes niveles de las corporaciones policiacas de Sinaloa.
“Él envenenaba a la plebada que le encantaba la chingadera. Lo idolatraban muchos y muchos otros le temían. El que no hablaba bien de él, mejor ni hablaba. Yo estoy feliz que lo mataron, porque el mató a mi hermano porque se negó un día a robar un carro porque adentro venía una doña con su hijo”, dijo sobre el un individuo identificado como Francisco Hernández alias El Plata.
Sin embargo, los días de fama y gloria del Macho Prieto -se le atribuyeron más de 80 asesinatos y fue fichado por el gobierno de EEUU- cayeron estrepitosamente aquel 8 de mayo de 2008, cuando Édgar, su primo César Ariel Loera y Arturo Meza, fueron el blanco de una lluvia de balas en el estacionamiento del centro comercial del Desarrollo Urbano Tres Ríos, en Culiacán.
De acuerdo con una de las versiones del asesinato, hasta la fecha sin resolver, los responsables de la muerte del hijo del Chapo fueron precisamente un grupo de sicarios al servicio de Ismael El Mayo Zambada, encabezados por el Macho Prieto.
Supuestamente el mismo Chapo Guzmán le había pedido a su compadre, el Mayo Zambada, que sus hombres se encargaran de ejecutar a un joven apodado el Guacho, pero los sicarios habrían cometido un grave error y confundido a Guzmán López con su objetivo.
Lo que es casi un hecho es que a raíz de ese suceso Inzunza tuvo que abandonar Sinaloa y refugiarse en Baja California, y luego en Sonora, donde supuestamente permaneció hasta el día de su muerte. El 18 de diciembre de 2013, las autoridades de Sonora confirmaron que las 04:00 de la madrugada infantes de la marina abatieron a cinco narcotraficantes, entre ellos el Macho Prieto.
Los rumores que corrieron detrás de su muerte apuntaron a una presunta venganza del Chapo Guzmán, quien profundamente dolido por la muerte de su hijo, inició una persecución contra el Macho Prieto, orillándolo prácticamente al exilio. Incluso se dice que El Chapo le pidió al Mayo la cabeza de Inzunza, pero a pesar de que Zambada supuestamente intercedió para evitar su muerte, no le quedó otra opción más que filtrar información a las autoridades para que ubicaran y abatieran a Gonzalo Inzunza.