Cataño (Puerto Rico),- Con el fin de tener un ambiente más limpio y menos contaminado, la empresa estadounidense C-Combinator, con un laboratorio en Puerto Rico, convierte el sargazo que llega a la costa este y sureste de la isla en cuero y cosméticos veganos.
La venezolana Taili Thula es una de las investigadoras líderes que trabaja en C-Combinator con el sargazo recogido y lo procesa para crear el cuero vegano para la industria de la moda y los textiles, y un humectante para la industria de los cosméticos veganos que busca disminuir elementos tóxicos en sus productos.
“Esto es 100 % natural, nada sintético ni químico. Todo es procesado acá”, afirmó a Efe Thula, científica de materiales, alginatos y encapsulación de C-Combinator, ubicada en Cataño, en la costa norte de Puerto Rico.
“Se recoge el sargazo, se pone a secar, y al secarse se trae al laboratorio, donde se procesa con todo natural. Al procesarlo, obtenemos biopolímeros, que al parecer es un aceite mineral, y con eso lo utilizamos para hacer productos cien por ciento veganos”, detalló.
Su propósito, aseguró Thula, es “ayudar al ambiente; son libres de fósiles y es ecoamigable”.
En cuanto a los textiles, no-tejidos y empaques, la producción de materias primas sostenibles que utiliza C-Combinator apoya a la innovación biodegradable y carbono-neutral en el diseño de ropa, interiores, y empaques.
Desde cuero y plumón hasta plásticos y espumas, la empresa ofrece alternativas saludables para todo el planeta.
PRODUCTOS COSMÉTICOS LIBRES DE TÓXICOS Sobre la cosmética, biomedicina e ingeniería de pieles, los extractos bioactivos que recogen los investigadores en C-Combinator generan una gama de oportunidades para productos de belleza, salud, y cuidado personal que quieren ser libres de tóxicos, estar libres de petroquímicos y ser más gentiles con el cuerpo y el medioambiente.
“Estamos probando diferentes fórmulas y venderlos como emulsificantes para que las casas de cosméticos lo usen en sus recetas y productos”, apuntó Thula.
“No es irritante. Se siente que humecta la piel, no deja residuos ni es grasoso”, añadió, mencionando que ha trabajado fórmulas para hacer champús, acondicionadores de cabello, protectores solares y cremas faciales.
Según asegura C-Combinator en su página web, “nuestros productos ayudan a reducir y reemplazar las emisiones de combustibles fósiles y plásticos tradicionales, al tiempo que minimizan los desechos”.
ALGAS, EL RECURSO VEGETAL MÁS REGENERATIVO Las algas, agrega la compañía, son el recurso natural vegetal más regenerativo y adaptable del mundo.
“Nuestro proceso patentado lo convierte en materiales que restauran suelos y océanos, eliminan los residuos de microplásticos y aportan a la neutralidad de carbono”, resalta.
La visión de C-Combinator es adaptar este nuevo concepto del sargazo en favor de la economía azul, la cual no ha sido adoptada por muchos Gobiernos e instituciones en el Caribe, pero que entre sus objetivos está utilizar los océanos y sus recursos como forma de desarrollo en economía sostenible.
“Esta es la única empresa que se dedica a esto en Puerto Rico. Otras compañías usan otros productos u otros tipos de alga, pero no con sargazo para trabajar con el problema”, afirmó Thula.
El sargazo que llega a Puerto Rico de marzo a septiembre proveniente de Brasil y África, se moviliza por las corrientes marinas hasta llegar a diferentes zonas de la isla, mayormente a Fajardo (este) y Yabucoa (sureste).
EL SARGAZO ES RICO EN PROTEÍNAS A nivel bioquímico, el sargazo es rico en proteínas, y tiene muchos aminoácidos que son buenos para la parte alimenticia de los animales y humanos.
“Al crear productos de valor agregado a partir de sargazo estamos ayudando a las comunidades a lidiar con la crisis que esta alga representa”, agregó a Efe el puertorriqueño Jorge Vega Matos, vicepresidente de Asuntos Públicos de la empresa.
Vega Matos resaltó que al recolectar el sargazo, “podremos reducir el daño que proviene de que se acumula en la playa y se pudre”.
Igualmente, se podría reducir el impacto en el sector turístico en Puerto Rico y México (alrededor de 14% de los ingresos por turismo de México proviene de la Península de Yucatán) y eventualmente restaurar ecosistemas con productos que reducen la necesidad de fertilizantes y plásticos que terminan en el mar.