Tegucigalpa – Durante la última semana, Honduras fue escenario de hechos violentos de extrema crueldad, dejando a la población hondureña con una percepción de inseguridad cada vez más marcada.
Mientras las autoridades de la Secretaría de Seguridad destacan una supuesta reducción en la tasa de homicidios, los analistas y ciudadanos sostienen que el temor y la desconfianza siguen latentes.
Escalada de violencia y crímenes brutales
En el municipio de Sulaco, Yoro, dos hombres, Evison Joel Ortega Munguía y Yonis Hernández, fueron asesinados a balazos en el interior de una mototaxi. En la escena, una nota con la frase “muerte a los mareros y pandilleros… atentamente El Cártel del Diablo” dejó constancia de la saña en este asesinato, ocurrido en un apartado callejón de tierra cerca del sector El Jaral.
Un caso particularmente desgarrador se vivió en Guinope, El Paraíso, donde el cuerpo de Anthony Jair Figueroa Salgado, un niño de solo 10 años, fue hallado sin vida tras haber sido reportado como desaparecido. Las autoridades sospechan de un primo del menor, quien previamente estuvo en prisión. Según informes preliminares, el niño presentaba signos de abuso antes de ser asesinado, y las autoridades lograron capturar a Walter Núñez, presunto responsable del crimen.
La violencia también tocó a una familia en Trujillo, Colón. Hilda y Omar Quintanilla, madre e hijo, fueron brutalmente asesinados en su hogar, y los atacantes incendiaron la vivienda en la comunidad Montecristo. Los residentes de la comunidad expresan consternación y temor ante el incremento de estos actos de barbarie.
Contraste en la versión oficial: ¿Reducción en la violencia?
A pesar de esta ola de violencia, el ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, subrayó en recientes declaraciones una disminución histórica en la tasa de homicidios, asegurando que se ha proyectado una tasa de 26.7 homicidios por cada 100 mil habitantes para este año, la cifra más baja en la última década.
Según datos oficiales, esta reducción sería resultado de las estrategias de seguridad implementadas, como el Estado de Excepción Parcial y el Plan Solución Contra el Crimen.
En cuanto a las muertes de mujeres, el ministro destacó un esfuerzo específico para prevenir los crímenes de género, mencionando una baja en los casos reportados, aunque organizaciones de mujeres registran más de 200 feminicidios en el año. Solo esta semana, cinco mujeres fueron asesinadas en hechos violentos.
¿Cambio en la percepción pública?
Sin embargo, la percepción de inseguridad entre los hondureños parece inamovible. Para el exoficial de la Policía Nacional, Henry Osorto Canales, la sensación de inseguridad no se reduce con cifras, sino con resultados visibles y efectivos en el día a día de los ciudadanos.
Osorto Canales enfatizó la necesidad de un trabajo coordinado entre todas las instituciones de justicia para generar un cambio real en la percepción ciudadana.
“Es un desafío cambiar la sensación de inseguridad en una sociedad que ha vivido bajo la sombra de la colusión entre autoridades y el crimen organizado,” sostuvo el exoficial. Para él, la clave está en reforzar la presencia estatal y asegurar que la justicia sea una realidad palpable para todos los hondureños.
Mientras la Secretaría de Seguridad celebra sus estadísticas, la población sigue observando, a diario, la crudeza de la violencia en las calles.