Tegucigalpa – La desesperación e impotencia se reflejan en el rostro de Carmen Soto, quien este martes vivió una vez más la angustiante realidad que enfrentan miles de derechohabientes del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
Tras salir de su hogar a las tres de la madrugada y gastar más de 250 lempiras en transporte, Carmen llegó a las instalaciones del IHSS solo para recibir la misma respuesta de siempre: no hay atención médica especializada ni medicamentos disponibles.
«Las lágrimas volvieron a rodar por mi rostro debido a la impotencia y la cólera que siento cada vez que no obtengo respuestas a mis necesidades de salud», expresó Carmen entre sollozos mientras relataba su experiencia a periodistas en Tegucigalpa.
La paciente destacó la contradicción existente en el sistema: mientras las aportaciones de los derechohabientes se debitan automáticamente y están al día, los servicios médicos y la distribución de medicamentos operan con graves deficiencias. «Esta vez me dijeron que los médicos están en asambleas informativas», comentó con evidente frustración.
Carmen lleva dos meses intentando obtener sus medicamentos y una cita médica para ser evaluada para una posible operación, sin lograr avance alguno. La situación se complica aún más por el tiempo que debe invertir en el traslado, pues debido al tráfico vehicular, destina más de dos horas para llegar al IHSS, solo para regresar con las manos vacías.
«Estoy cansada de esta situación que perdura desde hace varios meses», manifestó Carmen, quien no ocultó su frustración e ira por el constante deterioro de los servicios del IHSS, donde conseguir una cita se ha convertido en un verdadero reto y obtener los medicamentos necesarios parece una meta casi imposible.
La crisis del IHSS persiste a pesar de que en noviembre de 2024 se nombró a una comisión interventora dirigida por la ministra de Salud, Carla Paredes, con el propósito de mejorar las condiciones y servicios ofrecidos por la institución.
Este caso refleja la realidad cotidiana de numerosos pacientes hondureños que, a pesar de cumplir con sus obligaciones como cotizantes, no reciben los servicios médicos básicos a los que tienen derecho, agravando su situación de salud y generando un impacto económico adicional en familias que ya enfrentan dificultades financieras.