La Esclerosis Múltiple (EM) es una enfermedad autoinmune poco conocida entre la población y difícil de diagnosticar. Es la segunda causa de discapacidad neurológica en adultos jóvenes después de los accidentes de tránsito. No es hereditaria y afecta por igual a hombres y mujeres, siendo más prevalente a partir de los 40 años.
Por Infobae
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad poco frecuente que requiere fundamentalmente de un abordaje interdisciplinario: el tratamiento consiste en controlar la evolución natural de la enfermedad, generando modificaciones en el sistema inmunológico a fin de frenar el avance de la afección al mismo tiempo que trabajar sobre las principales áreas de la vida cotidiana afectadas.
El daño al nervio es causado por la inflamación, la cual ocurre cuando las células inmunitarias del propio cuerpo atacan el sistema nervioso. Esto puede ocurrir a lo largo de cualquier zona del cerebro, el nervio óptico o la médula espinal. No se sabe exactamente qué causa la EM, pero la creencia más frecuente es que es provocada por virus, un defecto genético o ambos. Los factores ambientales también pueden influir.
Una persona es ligeramente más propensa a presentar esta enfermedad si tiene antecedentes familiares de EM o si vive en una parte del mundo donde esta enfermedad es más común.
La prevalencia de esta patología, que suele presentar los primeros síntomas entre los 18 y 40 años, es de 30 por 100 mil habitantes, con lo cual se estima que en Argentina hay entre 14 mil y 18 mil pacientes, aproximadamente 17 mil argentinos con EM
Su detección temprana es clave para una intervención a tiempo ya que ésta cambia significativamente la calidad de vida de los pacientes. Entre los principales síntomas de la enfermedad se observan la pérdida de la visión, de la fuerza en alguna o varias partes del cuerpo, inestabilidad para caminar, vértigo y visión doble.
“También existen los llamados síntomas invisibles, que son la fatiga, el dolor generalizado y la depresión”, agregó la doctora María Eugenia Balbuena, neuróloga y coordinadora de la sección de Enfermedades Desmielinizantes del Hospital de Clínicas.
En ese sentido, la experta sostuvo: “Es importante establecer conexiones para romper barreras sociales que afectan a las personas que padecen esta enfermedad. Con este objetivo se realizarán charlas y talleres sobre distintas facetas de la vida cotidiana que se ven impedidas por la afección, que van desde lo motriz hasta la sexualidad”.