Tegucigalpa – El Ministro de Educación de Honduras, Daniel Esponda, defendió enérgicamente los logros de su cartera mientras respondía a cuestionamientos sobre la implementación del libro «El Golpe 28-J» en el sistema educativo nacional, obra escrita por el expresidente Manuel Zelaya y la funcionaria Rixi Moncada.
Durante una rueda de prensa, Esponda no escatimó elogios hacia el esposo de la actual presidenta Xiomara Castro, a quien calificó como «el político más vigente en la política latinoamericana». El funcionario manifestó su admiración por la permanencia de Zelaya en el imaginario público, señalando: «Él dejó el ejercicio del poder en el 2009 y hoy estamos en el 2025 y ustedes siguen hablando de él».
Ante las críticas por la lectura obligatoria del libro en centros educativos, el ministro defendió la medida argumentando que representa la primera vez que una víctima de un golpe de Estado publica un texto de tal naturaleza en Honduras, calificando como «un delito pedagógico no usarlo» y remitiendo a los críticos al decreto publicado en La Gaceta oficial.
En paralelo, Esponda resaltó los avances significativos en materia educativa bajo la actual administración, describiendo como «sin precedentes» la reconstrucción de aproximadamente seis mil escuelas a nivel nacional, una cifra que presentó como evidencia del compromiso gubernamental con el sector.
El titular de Educación también destacó los logros en alfabetización, informando que más de 40 mil personas han sido alfabetizadas en el departamento de Cortés, sumándose a once departamentos adicionales —incluyendo Yoro— que han sido declarados libres de analfabetismo, beneficiando a más de medio millón de hondureños en total.
Con evidente orgullo, Esponda mencionó la eficiencia del programa al señalar que cada persona alfabetizada representa un costo de apenas 47 lempiras para el Estado. El ministro atribuyó parte de este éxito a la metodología implementada por expertos cubanos, indicando que actualmente 100 asesores de la isla caribeña colaboran con personal hondureño en esta campaña, un modelo que, según afirmó, ha sido replicado en naciones desarrolladas como Canadá y Nueva Zelanda.