Washington.- Este domingo, millones de estadounidenses podrán dormir una hora extra: el horario de verano, conocido como Daylight Saving Time, llega a su fin, informó Telemundo Los Ángeles.
El horario de verano comenzó el 9 de marzo de 2025 y terminará este 2 de noviembre. Por Ley Federal, se inicia el segundo domingo de marzo y concluye el primer domingo de noviembre.
Esto significa que, a diferencia de la primavera, cuando se pierde una hora, este domingo los relojes se retrasarán de 1:59 a.m. a 1 a.m., recuperando 60 minutos.
Días más cortos y sol más temprano
Con el cambio, los días se acortarán y el sol comenzará a ponerse más temprano, marcando la transición hacia el otoño y el invierno. El horario estándar se mantendrá hasta que llegue la próxima primavera.
El horario de verano regresará el 8 de marzo de 2026 y concluirá el 1 de noviembre de ese año.
Estados y territorios que no aplican el cambio
No todos los estados aplican el cambio. Hawái y Arizona mantienen su horario fijo durante todo el año. Puerto Rico, las Islas Vírgenes estadounidenses, Samoa Americana y Guam tampoco ajustan sus relojes. Los estados tienen la libertad de decidir si adoptan o no el horario de verano, sin necesidad de aprobación del Congreso Federal.
Historia del horario de verano
El horario de verano se estableció oficialmente en Estados Unidos con la Ley de Hora Uniforme de 1966, que fijó las zonas horarias y estableció que los relojes adelantarían una hora a las 2 a.m. del último domingo de abril y retrocederían a las 2 a.m. del último domingo de octubre.
El cambio se realiza oficialmente a las 2 a.m. del domingo, aunque muchos ajustan sus relojes domésticos al despertar. Los teléfonos inteligentes actualizan la hora de forma automática. Con este movimiento, las personas «recuperan» una hora de sueño.
Objetivo: aprovechar luz natural y ahorrar energía
El objetivo del cambio de horario es aprovechar la luz natural y ahorrar energía. Su implementación moderna se popularizó en la década de 1970, durante el embargo petrolero de 1973, cuando el Congreso aprobó un período de prueba del horario de verano durante todo el año, de enero de 1974 a abril de 1975.
La idea de ajustar los relojes para aprovechar la luz del día se remonta al siglo XVIII. Benjamín Franklin propuso en 1784 que acostarse y levantarse temprano ayudaba a ahorrar velas y decía: «Acostarse temprano y levantarse temprano hace que un hombre sea saludable, rico y sabio». Aunque su escrito tenía un tono satírico, sembró la semilla de la idea.
Más adelante, en 1905, William Willet, un inglés, notó que muchos londinenses dormían durante las mañanas soleadas y promovió la adopción del horario de verano. Su campaña duró hasta su muerte en 1915.
Estados Unidos empezó a ajustar los relojes en 1918 y, desde entonces, el tema sigue siendo objeto de debate.




